Ii guerra mundial
Por Santiago Bogoya.
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Todo proceso hecho por el hombre implica necesariamente una evaluación del mismo. A veces la seriedadindividual no se aleja lo suficiente para dar un reporte suspicaz y significativo, y un tanto por pereza o por prestigio decide entregar esta tarea a otro ser, con el anhelo de que su trabajo será másobjetivo. Sea cualquiera de los dos casos y si se toma con toda seriedad el ejercicio crítico, es necesario establecer los criterios y parámetros sobre los cuales se examinará el proceso. El que hoy nospermite en cierta medida hacer esta reflexión es la pertinencia social. Todos los campos del saber abogan por la indispensabilidad que ellos mismos proporcionan a la vida misma, no pueden pensar elmundo si ellos no existieran, y es algo natural: por supuesto si uno estudia algo tiene que creer en su importancia. El punto problemático es que esta idea no solamente puede expresarse y pensarse comoun bien personal, sino también tiene que trascender como un bien social. Algo que se repite demasiado en ciencias humanas es que el hombre es social e históricamente determinado, por lo tanto elconocimiento parte del tiempo para engendrarse, trasmitirse, y a través del espacio se expresa, se dibuja. Para que el sistema funcione, y el hombre no caiga en un colapso, estos dos conceptos tienen queequilibrarse. Ser una balanza donde los dos cada vez se acerquen más en vez de alejarse. La vida empieza a existir con ambos, pero se destruye al transgredir esa conjunción: cuando el hombre empieza apensar sólo en si mismo sin importar la sociedad de la cual hace parte, o cuando borra de su memoria la historia, no sigue ninguna ley, no llora por la sangre derramada. Los procesos de formación eintegración social se vuelven fundamentales. Allí reside la verdadera socialización del conocimiento, y la posibilidad de la transformación de éste para aportar algo a la sociedad. En un país como...
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