Desde las frases iniciales del primer capítulo de En los junglares de la India, Salgari menciona su nombre, pero no resiste la tentación de describir al que será uno de los protagonistas de dicha novela: ´´ ...parecía -dice-- un nativo del Extremo Oriente, a juzgar por el color de su piel, que tenía vagos matices aceitunados; por sus ojos negrísimos y ardientes, barba todavía negra a pesar de suscincuenta y cinco años, y cabellos negros y rizados que le caían sobre la espalda. Vestía una riquísima casaca de seda verde con alamares rojos y botones de oro; llevaba calzones largos de igual color, y altas botas de piel amarilla y punta retorcida, como las de los usbekos del Turquestán, y de una faja de seda blanca le colgaba una magnífica cimitarra, cuya empuñadura, incrustada de diamantes yrubíes, debía tener un valor incalculable.´´ Se trata, desde luego, de Sandokan, quien reaparece siempre valiente y generoso ante sus lectores fieles. Va en auxilio de Yánez, quien está sitiado por los secuaces del ex rajá Sindhia en las alcantarillas de una pagoda. Surama, la rhani de Assam, esposa de Yánez, y Soárez, hijo de ambos, permanecen a , salvo entre los montañeses, únicos súbditos deSurama que han desoído las instigaciones de Sindhia. Se reúnen al fin los dos Tigres, el malayo y el europeo. Arquetipos de la amistad. De la amistad más neta, por indisoluble y desinteresada. Toda esta serie de novelas salgarianas no es sino la narración alterna de la ayuda que presta Yánez a Sandokan, o del auxilio que Sandokan dispensa a Yánez. Cada uno tiene su vida, su personalidad, su mundo;pero sin vacilar un momento pone todo en juego si de servir al amigo se trata. Ahora, la situación es crítica; tal vez más crítica que nunca. Los enemigos los superan inconmensurablemente en número y, quizá, en medios de combate. Y los Tigres, invulnerables como perfectos héroes, no son empero semidioses. Su creador no es capaz de darles la victoria en forma gratuita e inverosímil: pero los harátriunfar, qué duda cabe. Su prolífica imaginación le otorga un medio infalible para ello: un sabio. Un sabio que pondrá en juego un arma especial, !, y que también es un valiente, y blanco por añadidura. Pero su procedimiento no es de efectos instantáneos y, entre tanto, los incidentes se multiplican. Ha reaparecido Kiltar, aquel bracmán partidario de Sindhia a quien -en la novela anterior- Yánezperdonó la vida y su retorno empieza a rendir buenos frutos. Por razones estratégicas, se han separado Sandokan y Yánez; pronto, sin embargo, se reúnen de nuevo, ya que el portugués se encuentra sitiado en una factoría y el malayo va en su socorro. Toman parte en la acción de este gran relato: Tremal-Naik, el hindú que contrajo matrimonio con Ada (una prima de Mariana, la ya fallecida mujer deSandokan} .Los Tigres arrancaron a TremalNaik de las garras de sus captores en Los piratas de la Malasia. Kammamuri, criado en un principio de Tremal-Naik y luego de Yánez, pero en uno y otro caso más bien amigo que subordinado. Y el leal Sambligliong, asimismo servidor y compañero del portugués, el mismo que en Los dos rivales rescata a Surama y vela por ella. Surama, la heroína salgariana que depobre bayadera se ve convertida, nada menos, que en una rhani. Están, pues, todos. Unidos de manera inalterable. Inmunes a las asechanzas y al peligro gracias a su ingenio y su valor. El infaltable asalto de la fiera adopta en esta obra un sesgo distinto: Kammamuri y un rajaputra leal que van en misión delicada al campo enemigo, ven de pronto venir hacia ellos un tigre pero este tigre no es tal sino...una buena treta de los secuaces de Sindhia que resulta peor que el ataque de un felino. Lo dicho: Salgari tiene una imaginación portentosa. Sin embargo, no puede renunciar del todo a sus procedimientos favoritos y más adelante Kammamuri y su compañero son asediados por fieras, verdaderas fieras y, entre ellas –para variar- dos tigres. ´´El Indostán -explica el italiano- es la región más...
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