Ilíada, Traducción 200 Primeros Versos
Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles;
Funesta que causó infinitos males a los Aqueos
Y precipitó al Orco muchas almas valerosas de héroes,
A quienes hizo presa de perros y pasto de aves;
Cumplíase la voluntad de Júpiter, 5
Desde que se separaron disputando el Atrida,
Rey de los hombres, y el divino Aquiles
¿Cuál de los dioses promovió entreellos la contienda
Para que pelearan? El hijo de Júpiter y de Latona,
Furioso con el rey, suscitó en el ejército maligna peste y los 10
Hombres morían por el ultraje que el Atrida provocara al sacerdote Crises.
Éste, deseando salvar a su hija, habríase presentado en las
Veleras naves aqueas con un inmenso rescate y
Las ínfulas del flechador Apolo que colgaban
De áureo cetro, en la mano; y atodos los Aqueos, 15
Y particularmente a los dos Atridas, caudillos de pueblos, así les suplicaba:
“¡Atridas y demás aqueos de hermosas grebas!
Los dioses, que poseen olímpicos palacios, les permitían destruir
La ciudad de Príamo, y regresar felizmente a la patria,
Poned en libertad a mi hija y recibid el rescate, venerado 20
Al hijo de Júpiter, al flechador Apolo”
Tolos los aqueos aprobarona gritos que se respetase al sacerdote
Y se admitiera el espléndido rescate:
Pero el Atrida Agamenón, a quien no complació el acuerdo,
Le ordenó en mala hora con amenazador lenguaje: 25
“Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las huecas naves,
Ya porque retrases mi partida, ya porque vuelvas luego;
Pues quizás no te valgan el cetro y las ínfulas del dios.
A aquella no la soltaré; antesle llegará
La vejez en mi casa, en Argos, lejos de su patria, 30
Trabajando en el telar y compartiendo mi lecho.
Pero vete; no me irrites, para que puedas irte sano y salvo.”
Así dijo. El anciano sintió temor y obedeció el mandato.
Sin mover los labios se fue por la orilla del estruendoso mar,
Y en tanto se alejaba, dirigía muchos ruegos 35
Al soberano Apolo, hijo de Letona, la de hermosacabellera:
“¡Óyeme, tú que llevas arco de plata, proteges a Crisa
Y a la divina Cila, y reinas en Ténedos poderosamente!
¡Oh Esmintio! Si alguna vez adorné tu gracioso templo
O quemé en tu honor abundantes muslos de toros 40
O de cabras, cúmpleme este voto:
¡Paguen los Dánaos mis lágrimas con tus flechas!”
Tal fue su súplica. La oyó Febo Apolo,
E irritado en su corazón, descendió de lo altodel Olimpo
Con el arco y el cerrado carcaj en los hombros; 45
Las flechas resonaron sobre la espalda del enojado dios,
Cuando comenzó a moverse. Iba parecido a la noche.
Se sentó lejos de las naves, tiró una flecha,
Y el arco de plata dio un terrible chasquido.
Al principio el dios disparaba contra los mulos y los ágiles perros; 50
Pero luego dirigió sus mortales flechas a los hombres,
Ycontinuamente ardían muchas hogueras de cadáveres.
Durante nueve días volaron por el ejército las flechas del dios.
En el décimo, Aquiles convocó al pueblo a junta:
Se lo puso en el corazón Juno, la diosa de los níveos brazos, 55
Que se interesaba por los dánaos, a quienes veía morir.
Acudieron estos y, una vez reunidos,
Aquiles, el de los pies ligeros, se levantó y dijo:“¡Atrida! Creo que tendremos que volver atrás,
Yendo otra vez errantes, si escapamos de la muerte; 60
Pues si no, la guerra y la peste unidas acabarán con los aqueos.
Mas, ea, consultemos a un adivino,
Sacerdote o intérprete de sueños; también el sueño procede de Júpiter,
Para que nos diga por qué se irritó tanto Febo Apolo:
Si está quejoso con motivo de algún voto ohecatombe, 65
Y si quemando en su obsequio grasa de corderos y de cabras escogidas,
Querrá apartar de nosotros la peste.”
Cuando así hubo hablado, se sentó. Se levantó
Calcas Tesórida, el mejor de los augures
Conocía lo presente, lo futuro y lo pasado, 70
Y había guiado las naves aqueas hasta Ilión
Por medio del arte adivinatoria que le diera Febo Apolo,
Y benévolo les habló...
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