Ilhuilcamina
Páginas: 5 (1051 palabras)
Publicado: 24 de abril de 2012
Nunca se le había visto tan triste. Por eso, la gente comentaba entre sí:
-¿Qué le pasa a Ilhuicamina?
-¿Qué le sucede al Flechador del Cielo?
...-¿Qué tristeza le hiere?...
Y nadie sabía, más que él, su dolor. Tenía una herida, no de flecha de batalla guerrera -¡Tantas batallas de ésas había ganado!-, sino de flecha de batalla de amor. Era esa laflecha que le molestaba dentro, la que había hecho callar sus cantos y apagar su voz.
Caminaba con los ojos perdidos, lentamente -como una tortuga sin mar-. Quien le miraba no lo reconocía. Él, el de los brazos fuertes; él, el de la voluntad férrea; él, el de los ojos que sabían ver lejos; él, el de la inteligencia clara... estaba cabizbajo, vencido.
-¿Qué te acontece?-. Le preguntaban quienes lequerían bien.
Pero él no contestaba, ni para bien ni para mal.
Tan sólo el cenzontle, pájaro de muchas voces, y el ciervo lo veían por las tardes. Se encaminaba a la cima de una montaña cercana; y desde ahí, con su arco lanzaba rabiosamente flecha tras flecha hacia arriba, como si al tirar quisiera clavar sus puntas, sus filos de obsidiana, en la entraña del cielo.
Tan sólo el tecolote lohabía visto muchas noches. Ilhuicamina, subía a la cima de la misma montaña y se sentaba en una piedra a meditar, con la mirada alta. De vez en cuando cerraba los ojos, para pintar con sus pensamientos a Citlalixochitl, para pensar en ella, a quien su padre no le permitía unirse a él, flechador y guerrero por oficio. Y así, meditando y meditando, lo sorprendía el lucero de la mañana.
En unaocasión, Ilhuicamina y Citlalixochitl (Estrella-Flor), se vieron a escondidas. Ella habló del temor a su padre y él habló de su enojo.
-¿Por qué ocultarnos...? ¿Por qué reprimir nuestras emociones...? ¿Qué mal hacemos con querer ser compañeros de la vida...? Entonces Estrella-flor, con labios temblorosos, pero voz serena, dijo:
-No nos amedrentemos, pero tampoco dejemos que nos ciegue el odio.Busquemos una solución, una salida. Mi padre se ha dado cuenta sólo de los ímpetus de nuestros cuerpos jóvenes: pero no conoce nuestros sentimientos.
Mostrémoselos, abrámosle nuestro corazón. Así lo hicieron. Por el camino llamado "Sendero de la Serpiente Luminosa", se encaminaron rumbo a la casa del padre de la muchacha para hablar con él. Llegaron cuando las sombras de la tarde anunciaban elocaso del día.
El padre de la muchacha los recibió con recelo y de ese modo también les escuchó decir que ellos querían unirse. Se lo dijeron con tal firmeza y claridad que el hombre no encontró otra salida.
-Bueno, está bien, será lo que ustedes dicen; se unirán. Pero voy a ponerte una condición, Ilhuicamina.
Puesto que eres guerrero y flechador, escucha bien: deberás clavar la punta de una detus flechas en el mero corazón del cielo, deberás herirlo, tendrás que hacerlo sangrar. Cuando lo logres, vuelve, entonces no pondré reparo en tu unión con mi hija.
Lo que pedía el padre de Citlalixochitl era demasiado. Ella y el Flechador del Cielo lo sabían; pese a todo se dieron fuerza uno al otro.
-No nos amedrentemos, ni dejemos que nos ciegue el odio. Pensemos, dispongamos de todanuestra inteligencia y voluntad -decían entre sí.
El padre de Estrella-flor estaba muy seguro de que Ilhuicamina nunca podría clavar ninguna flecha en el corazón del cielo. Eso sí: curioso veía al guerrero subir a la cima de una montaña y lanzar sus flechas con filo de obsidiana, desde que amanecía hasta que la oscuridad y el canto del tecolote invadían el campo. Pasaban los días y el flechadorlanzaba más alto sus tiros, pero no lograba siquiera rozar el cielo.
Muchas auroras y muchas lunas habían visto a Ilhuicamina subir el pico de la misma montaña. Le habían visto cansarse, pero no perder la voluntad; tiro tras tiro seguía insistiendo, buscando lo imposible, luchando contra sus propias limitaciones de ser humano. Tiro tras tiro buscaba clavarle su flecha al corazón del cielo.
Una...
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