Ilusion juvenil
¡Gustavoo! ¡Gustavoo! Gustavo...por favor despiertaaa...diooosss tiene una gran contusión en la cabeza—expreso ella. ¿Será grave?—preguntó Diego—. —Claro que sí tonto! —exclamó ella, muy impaciente.—Llamaré a un profesor para que lo lleve a la enfermería—añadió él. Si sí anda rápido, me quedaré acompañándolo, pero acelera el paso-dijo ella. Estando sobre sus brazos ymirándolo fijamente. —Hay Gusi, creo que lo que me dijo Diego era cierto, tu realmente me quier...—susurro ella.
Minutos después de ser llevado al búngalo para ser tratado y de haber estado descansando en la camilla toda la tarde, despertó.
¿Dónde estoy? ¡Auu! Mi cabeza. ¿Por qué estoy vendado? ! Ayy cómo duele! De pronto se escuchan unos pasos que se iban acercando. ¿Ahh?... ¿Quién es?, dijo Gustavo.Tock tock. ¿Puedo pasar? Se escuchaba una voz gruesa detrás de la puerta. Sí pase por favor, no hay problema, dijo el muchacho.
—Soy yo. El doctor Rodríguez. Veo que por fin se ha despertado. Bueno, entonces quisiera que me relate todo lo que le sucedió en el día. Sé que es muy grotesco de mi parte sugerirle esto, después de haberse golpeado de esa forma, pero necesito hacerle un análisis muyriguroso.
— ¿Un análisis? Bueno, bueno como usted diga, pero de allí me puedo retirar ¿no?
—Por supuesto. Sea minucioso en lo que me va a contar, paso por paso.
—Está bien, a ver si logro hacer memoria.
Lo que recuerdo es que todo el salón estaba eufórico este día: libres de tareas, exposiciones, de ese agotador horario de siete de la mañana a tres de la tarde; y con más tranquilidad libre deese profesor que te sermonea diciendo “presta atención”. La excursión, que solo es programada una vez al año, fue elegida a votación por todos nosotros. Al final la opción fue la de ir a un club campestre muy moderno ¿Que creo que es este no?
—Sí, si muchacho, continúe.
Bueno, entonces eran ya las ocho en punto de la mañana, muchos padres acompañaban a sus hijos hasta la puerta principal delcolegio, donde el bus ya estaba preparado para partir. La mayoría sosteniendo sus maletines y mochilas. Como de costumbre llegue tarde y me mandaron a un salón que quedaba cerca del cuarto del conserje. Estaba solito en una de las carpetas, pensativo y observando los murales del mes de agosto.
Inmediatamente, escuché unos pasos que provenían del pasillo que tenía un sonido parecido al calzadoque usa mi madre cuando llega de trabajar. La manija se movía, y de pronto se abre la puerta, por suerte era la señora Lourdes Izquierdo, la directora de mi colegio. Como me vio desilusionado por no llegar a tiempo al bus, me embarco con el profesor de Educación Física, apellidado Kawasaki. Nos apresuramos y subimos a un taxi para alcanzar el bus. Nos comunicaron que dicho bus había hecho una escalaen el grifo Mobil cerca de la avenida Aviación, así que logramos alcanzarlos.
Al momento de llegar, me senté junto a Diego (amigo desde el nido y vecino de mi barrio).Le pregunte por ella, la chica más linda de mi salón, más inteligente y la que posee unos ojos acaramelados únicos. Me dijeron que estaba al fondo del carro. Voltee y crucé miradas, pensé que me estaba llamando cuando la escuchedecir ¡Ven para acá, siéntate aquí! Me acerque poco a poco como uno de esos perritos falderos que van atrás de su amo, pero al final el mensaje no era para mí y quedé como un tonto. Todo el salón se estaba riendo, sobretodo sus amigas Marilú y Daniela. Lo que más me sorprendió e impactó fue que estaba mirando con unos ojos muy penetrantes y llamativos. Después de todo creo que ella sabe querealmente me gusta aunque no lo pareciera.
Todos nosotros y los profesores desocupamos el bus. Nos dividieron en grupos de hombres y de mujeres. Al bajar, creo que todos nos percatamos de lo diferente que era el sitio porque al no notar un exagerado ruido, ni coches, ni ese olor desagradable de esmog que se siente en la ciudad, divisamos a nuestro alrededor un lugar perfecto.
Cada grupo se dirigió...
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