Ilusiones y reformismo constitucional
En Colombia, la constitución esexpresión de fe colectiva en la felicidad y la justicia: es el texto sagrado de la utopía social y de la quimera. Garantiza el derecho a la vida, por ejemplo, aunque las instituciones públicas nopuedan hacerlo. Y al mismo tiempo muestra la desconfianza en lo que pueden hacer los políticos, al definir en forma casuista y detallada procedimientos, inhabilidades, porcentajes de presupuesto que van alas regiones, normas de jubilación.
La constitución de 1991 fue aprobada en medio del entusiasmo de un país que la veía como un nuevo tratado de paz, la fuente de sabiduría política que resolveríalos problemas recurrentes de la corrupción política, la ineficacia de la justicia y la violencia. Y aunque sus contribuciones al desarrollo político del país son innegables (sobre todo en términosde una cultura de derechos de los ciudadanos), casi nada de lo que se soñaba que iba a resolver se ha resuelto.
La insatisfacción con sus resultados lleva a seguir en lo mismo, confiando en que losproblemas se resolverán cambiando normas constitucionales: en estos 18 años se han discutido centenares de proyectos de reforma en el Congreso y se han aprobado casi treinta, sin que se tenga lasensación de que sus resultados han sido muy positivos.
Las razones del fracaso reformista son diversas, pero hay dos claras. Una es procedimental: la constitución anterior hacía difícil improvisarreformas, pues obligaba a aprobarlas en legislaturas ordinarias de dos años distintos. Así, no era posible hacer reformas de urgencia o bajo el impulso de emociones públicas, y había al menos un año de...
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