ilustraciones antiguo testamento
En nuestra sociedad, bajo el supuesto de derechos sexuales, algunas organizaciones promueven el aborto y la promiscuidad sexual, cosa distinta debe ser la educación sobre la sexualidad y la promoción de la salud sexual.
Es imposible no abordar la temática sin recordar el daño en la salud física y emocional que ha causado a nuestro país la ausencia de unaeducación sexual, en muchos casos vista como algo prohibido de lo que no hay que hablar y en otros, aún peor, practicada inapropiadamente.
Ahora bien, si la falta de educación sexual causó estragos en el pasado, cuánto mayor daño tendremos si no educamos en este presente, tan bombardeado por la antimoral de muchas series y novelas de TV, por videos musicales, por la pornografía en la red, por esadescompuesta cultura que vende la idea de “sexo a la libre” sin reglas y menos fundamentado en el amor.
Entonces ¿qué opciones tenemos? No cabe duda de que somos los padres quienes llevamos la primera responsabilidad de educar a los hijos, según nuestras convicciones éticas, morales y hasta religiosas. La segunda opción la tienen nuestros centros de enseñanza; que, a propósito, es la más dura tarea,porque en las aulas se debe hacer un abordaje amplio y detallado, sin desconocer las diferencias educativas que los alumnos traen de sus hogares o, lo que es peor, la ausencia de estas.
Ante este panorama, ¡qué difícil realidad!: mientras algunos padres muy atinadamente quisieran educar a sus hijos fundamentados en la “castidad” antes del matrimonio, incluso como una nueva moda, otros educan a sushijos más abiertos a la sexualidad responsable, pero la verdad más cruel es que la gran mayoría de familias no educa sobre sexualidad.
Entonces, debemos encaminarnos a construir sanos equilibrios, pero, sobre todo, acompañar la dura tarea que tienen nuestros educadores, concibiendo que debiera ser una tarea de todos: padres más comprometidos, organizaciones e instituciones estatales más activas,que si bien es cierto no pueden cambiar el entorno mundial, sí pueden censurar todos aquellos medios accesibles a los adolescentes que transmiten la incultura y la promiscuidad.
Es así como no puedo desconocer el reto asumido por el MEP, en la construcción del “programa de estudio de educación para la afectividad y sexualidad integral”, aunque quisiera que no incorpore algunas tendencias propiasde la ideología de género y además que fuese más enfático en promover “la cultura de la vida” en contra de prácticas como el aborto, a pesar de ello creo que es un buen esfuerzo sujeto a correcciones y mejoras, pero digno de aplicarse ante la urgente necesidad de afrontar la liberalización, desconocimiento y descomposición sexual a la que están expuestos nuestros niños y jóvenes.
Sumado a esto,diría que el Ministerio de Salud también debe asumir un papel protagonístico, impulsando no solo educación sobre la sexualidad, sino también políticas de salud pública para prevenir infertilidad y enfermedades causadas por el desconocimiento de la salud sexual y reproductiva, sin permitir permear en estas políticas conceptos propios de quienes se dicen promover los mal llamados ”derechosreproductivos”, equivalentes al aborto.
Sin ninguna reserva, les diría a los padres que puedan tener alguna diferencia de criterio sobre los programas de educación sexual que es aún peor no contar con esa educación y que lo más sano es no desconocer la diversa realidad con la que se relacionan nuestros niños y jóvenes, estemos de acuerdo o no.
Es claro que no debemos estar de acuerdo con la promoción derelaciones sexuales a muy temprana edad y no creo que la educación en la aulas signifique que se promuevan, pero lo que no podemos eludir es que, nos guste o no, los niños y adolescentes están recibiendo constantes y diversas presiones para la temprana actividad sexual, así que es nuestro deber abordar la materia cuanto antes sea posible y generar reflexión sobre los motivos que incitan a la...
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