Img030

porque a todos nos gusta Micaela y lo ni
timo que quisiéramos es hacerle una hu ii.i
—Te has muerto -le dijo Seve-. A l i o M
eres un fantasma como nosotros.
No le sorprendió nada. Yo creo quehast.i
se puso contenta. Se sentó en la cama, IKI
miró y nos preguntó si el Señor nos envi.i
ba a buscarla.
Como no sabíamos qué contestar, nos cu
cogimos de hombros. Pero no le impt)i(ii
que estuviéramostan poco enterados de su
futuro, porque empezó a preocuparse poi
las cosas de su funeral. Quería saber si Sa
lomé elegiría el cordero mejor cebado pai.i
el banquete y si se acordaría de avisar tK
sumuerte a todos los parientes, porque Sa
lomé era muy descuidada para algunas
cosas.
Le dijimos que sí a todo, porque es tan
estupenda que no queda más remedio quedarle gusto.
Cuando decidimos irnos,quiso salir con
nosotros, pero después no se atrevió a bajar
por la ventana. Volvió a tumbarse en su
cama y nos dijo que de allí no se movería.
Que el Señor ya encontraría otro medio
para llevársela. Nole parecía serio que una
62

iimicr de noventa años abandonara el mundo ilcslizándose por la parra que trepaba
li.isia su ventana, como si fuera un chi(|iiill().
Nos dijo adiós con la mano y después
tl u / ó las dos sobre el pecho. Cerró los ojos
V ilijo que así la encontraría el Señor y que
esperaba volver a vernos en el cielo.
Nos fuimos encantados porque, ya que
nos habíamos muerto, era genialpensar que
estaríamos con Micaela, que es tan estupenda, y que además tiene tantísimos años que
hasta ha perdido la cabeza y es una gloria
estar con ella.
Nos extrañó oír cantar a Salomé cuandollegamos abajo, porque parece que lo único
(|uc sabe es protestar por todo. Pero también sabe cantar, y lo hacía mientras pasaba la fregona por el suelo de la cocina.
Decía no sé qué de una chica que sequería
meter monja cuando llegara el alba, pero
que su padre no la dejaba y a ella no le
importaba. Era una suerte, porque en la
vida real sí que importa si el padre te deja
o no te deja ir a algún...