iMPACTO DE RELIGION IZTAPALAPA

Religión: el impacto social de
la transformación de creencias
y prácticas

L '

IZTApALApA 39
pp. 7-13

Do1996,

a finalidad de esta colección de ensayos y reseñas
es dar cuenta de la diversidad de expresiones religiosas que conforman la realidad social actual. S e constata el surgimiento del pluralismo religioso a través de
la coexisteiicia de una amplia diversidad de iglesias,cultos y espiritualidades que interactúan dentro de un
campo común, que es a su vez contextualizado por sus
contactos ci3n los ámbitos exteriores a las asociaciones
mismas. En un lenguaje teológico tradicionalista podríamos hacer referencia a io que se concibe como la interacción hacia el mundo terrenal y suinfluencia constante
sobre las maneras de buscar el encuentro con lo divino
o losobrenatural. Un elemento constante que reaparece
en los trabajos aquí reunidos es el impacto permanente
que los factores sociales tienen sobre las prácticas y
creencias religiosas. Es evidente que el análisis del fenómeno religioso en nuestros casos debe relacionarse
con la situación actual de la sociedad donde se ubican
los actores sociales que están involucrados y con las
estrategias $degobiernoque han sido construidas para
el control y la legitimación. Dentro de la vida colectiva,
es interesante notar como elementos de la ritualidad, que
es analizada cuidadosamente en el artículo de Rodrigo
Díaz, se mantienen no sólo e n lo religioso sino también
en ámbitos #comoel político y el educativo, ambos relacionados con actividades públicas.

I:n el mundo actual la religión havuclto
aser un aspecto destacado en la con lor^

i n a c i h no sólo de prácticas d e conduct i i s privadas. s i n o i n c l u s o cn cl
ilcscmpeño público de los individuos
itrite la sociedad civil. Esta es una a h
rriación importante. considerando que
iiin sólo hace unas décadas 1~)smismos
iiivcstigadorcs de la religión conside
rehan que la secularizacih moderna
implicaríae linal de la relib''n como un
l
w
lactor político destacado. Esio csiahit
rclacionado con la delimitación de la
conducta religiosa hacia la esfera privada tie I;] vida dcl individuo en Europa
(se pcnsaha que iambién en Canadá y
!rii/\j. Ahora se reconoce que el dcsarrolki d e la secularización tiene límites
(Cox,1984). Por una parte, se constatii
la amplia difusih d e nuevos movimicn10s religiosos que sehan arraigado con
i'ucrza en sectores de clase media y alta,
(;on1111 nivcl d e escolaridad que suele
cst ar por encima del promedio nacional
cn la mayoría de los casos, que supucst a n e n t e eran yii indiferentes a las
creencias y ritos relacionados con l o
trascendental (Barker, 1995). Prueha
de esto es la prcocupacicín que las iglesias institucionalcs tienen hacia el crch i c n t o dedichas agrupaciones con
icndencias esotéricas. Por otra parte, la
religión ha mostrado ser importante parit el mantenimiento de una adscripcih
cultural o para marcar las colcctividaJ c s idcntiias. Por esta r a z h , l político
o

y lo religioso nunca han estado desligados en lugares como Irlanda y Quchec.
El surgimienio d e los movimientos lundamcntalisias ha sido otro escenario
donde loespiritual y lo mundano apiirecen como parte de una misma lucha,
como se puede notar no sólo en las
sociedades islámicas, sin« tamhi& en
sectores que profesan ideologías de la
cxircma derecha en Estados Unidos, c.
incluso en Mkxico dentro d e algunos
movimientos como los d e las agrupaciones Pro-vida.
Desde esta óptica, es cada vez más
claro que un error costoso d e la mayor
parte d e lospartidos comunistas en Europa Oriental fue la aceptación del desarrollo d c una secularización por
decreto, que permitiría el ateísmo con
la supuesta aceptación iotai d e la socicdad civil. En muchos aspectos se dcsarrolló una religiosidadimplícita o difusa
en actos oficiales, como en e culto a los
l
grandes dirigentes del Eslado. L a :ICtuación d e la jerarquía católica en Polonia,...