Importancia De La Imagen Publica
Imagen y Política
Un caso político clásico es la lucha para lapresidencia de Estados Unidos en 1960. El experimentado Nixon se enfrentaba al jovencito Kennedy. Se usó por primera vez la televisión como medio de comunicación para transmitir un debate político decisivo en el que ambos candidatos expondrían sus ideas para gobernar. Richard Nixon poseía una barba muy cerrada que pasadas las seis de la tarde daba a su rostro una sombre que connotaba cualidad negativascomo maldad y suciedad. Pues bien, al candidato Nixon se le olvida rasurarse por segunda vez, antes del debate, y así aparece en las pantallas de televisión norteamericanas. Por otro lado hace acto de presencia un perfecto ejemplo del joven norteamericano egresado de Harvard, eficiente, impecable y guapo, dueño de una seductora sonrisa y de una mirada encantadora. Quienes oyeron el debate por laradio dieron por ganador a Nixon, quienes lo vieron por televisión se fueron tras de Kennedy. El hecho fue que la mayoría de los votantes lo habían visto por televisión. Para colmo de los republicanos, el buen Jack contaba con otra arma poderosísima: Jacqueline Lee Bouvier. François Miterrand, uno de los más grandes talentos políticos del siglo XX conoce en 1980, cuando era primer secretario, a unhombre moreno, de personalidad chispeante que conducía un automóvil Rolls Royce Rosa y que era considerado como un genio de la comunicación, su nombre: Jacques Séguela. En la primera entrevista entre ambos, Miterrand desconfía de los vocablos que usa Séguela y que se refieren a cosas como “posicionamiento” y a la relación “producto-marca” pero le propone al comunicador seguir viéndose para ambosconocer más acerca del otro. Miterrand está decidido a ser candidato a la presidencia de Francia. Pronto Séguela se habrá convertido en el consultor de imagen del aspirante a candidato a ganándose si confianza, como lo demuestra el hecho de que él haya aceptado todos sus consejos; no leer sus discursos, mejor prepararse y luego hablar de forma espontánea; cambiar de sastre y empezar a “vestirse deizquierda” haciéndole ver que un socialista no provocaría la identificación con sus seguidores vestido como banquero. Llega a tal grado la relación de confianza que Séguela no dudará en abordar un tema considerado tabú: la pésima dentadura del político. Le hace ver que nunca podrá ser elegido presidente con semejantes dientes que lucían inmensamente crueles e inspiraban desconfianza. Miterrand...
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