Impuesto a La Carne, Diamela Eltit
Páginas: 8 (1839 palabras)
Publicado: 27 de julio de 2011
UNIVERSIDAD DE CHILE
Facultad de Filosofía y Humanidades
Departamento de Literatura
1° Semestre 2011
Profesor: Eduardo Thomas
Alumno: Eduardo Vergara
Literatura Chilena Contemporánea
Tercer Informe de Lectura
Impuesto a la carne, de Diamela Eltit
En clave alegórica y con una disposición fragmentada, la última novela de D. Eltit elabora la historia o,más específicamente, el testimonio de dos mujeres inmersas en un universo hospitalario administrado por médicos, gestionado por enfermeras, apoyado por grupos de fans histéricos y poblado de enfermos agónicos cuya sangre y órganos alimenta todo un aparato de corrupción y violencia. Una hija de doscientos años de edad y su madre, vuelta a nacer junto con ella, protagonizan una "gesta hospitalaria",una agónica resistencia en medio de la maquinaria de la enfermedad y la burocracia de los cuerpos. Pasillos, pabellones, salas de espera, consultorios, quirófanos, son los espacios por los que deambulan en una serie interminable de operaciones, diagnósticos y sangrías sin sentido; una atmósfera kafkiana en la que son sometidas a la tecnología médica sin mediar razón.
Incluso más allá deconfigurar un mundo de tales características, el relato ahonda en la dinámica de las relaciones entre madre e hija, en sus giros, paradojas e intensidades. De hecho, la trama argumental, aunque articulada débilmente de fragmento a fragmento, se desarrolla estrictamente en el laberinto de lo filial-maternal, constituyendo uno de sus elementos fundamentales. En palabras de la autora: “quise volver atransitar las siempre complejas relaciones familiares, particularmente la relación madre e hija, pero esta vez quise pensarlas inscritas ‘orgánicamente’, no en un sentido simbólico o psíquico sino corporal, la hija como depósito de la madre, pero ambas expuestas, cercadas por un sistema de poder que las controla y las expropia” (Entrevista a diario Perfil). En efecto, una de las líneas centrales delrelato va desde el nacimiento hasta la absorción completa de la madre, que deviene “madreórgano”, por la hija.
Sin embargo, la imposibilidad constante de captar el relato desde una perspectiva unívoca, su resistencia a establecer referentes claros, asocian la novela a la figura retórica de la alegoría, en un sentido benjaminiano. Muy someramente, puede decirse que la alegoría opera instalandoen el texto una dialéctica de la imagen que determina la continua apertura y equivocidad del sentido, la posibilidad de que el discurso abra incesantemente nuevos niveles de significación. En este caso, la figura de un territorio que, en el mismo enunciado y simultáneamente, deviene estado, nación, país, patria, hospital y cuerpo, hace posible la coexistencia de múltiples discursos y referentesposibles, que van desde la historia nacional[1] (o continental, o mundial) hasta la biografía testimonial. Tal carácter abierto, inacabado, tentativo, ha sido destacado por Leonidas Morales, quien lo asocia a una de las corrientes críticas de la modernidad, contribuyendo a la comprensión del modo en que D. Eltit se inserta en lo posmoderno, y el modo en que lo transforma y lo enuncia. Tal vez habríaque añadir, para completar el cuadro general, el carácter urgente, inmediato, el estado de emergencia en el que su escritura se desenvuelve. Por otra parte, en el plano literario, D. Eltit estaría además radicalizando el proceso de desconstrucción del sujeto al que las novelas de José Donoso se habían consagrado, sobrepasando incluso la figura del monstruo, como límite interno de la subjetividad,postulada en El obsceno pájaro de la noche. En la narrativa de D. Eltit, sujeto y discurso se inscriben en una estrategia de carácter ensayístico, provisional, "un movimiento de resultados nunca estabilizados, nunca definitivos" (Morales 123) que desafía las lógicas de la identidad y la representación.
Ahora bien, teniendo en cuenta estos rasgos básicos, quisiera señalar un elemento que...
Facultad de Filosofía y Humanidades
Departamento de Literatura
1° Semestre 2011
Profesor: Eduardo Thomas
Alumno: Eduardo Vergara
Literatura Chilena Contemporánea
Tercer Informe de Lectura
Impuesto a la carne, de Diamela Eltit
En clave alegórica y con una disposición fragmentada, la última novela de D. Eltit elabora la historia o,más específicamente, el testimonio de dos mujeres inmersas en un universo hospitalario administrado por médicos, gestionado por enfermeras, apoyado por grupos de fans histéricos y poblado de enfermos agónicos cuya sangre y órganos alimenta todo un aparato de corrupción y violencia. Una hija de doscientos años de edad y su madre, vuelta a nacer junto con ella, protagonizan una "gesta hospitalaria",una agónica resistencia en medio de la maquinaria de la enfermedad y la burocracia de los cuerpos. Pasillos, pabellones, salas de espera, consultorios, quirófanos, son los espacios por los que deambulan en una serie interminable de operaciones, diagnósticos y sangrías sin sentido; una atmósfera kafkiana en la que son sometidas a la tecnología médica sin mediar razón.
Incluso más allá deconfigurar un mundo de tales características, el relato ahonda en la dinámica de las relaciones entre madre e hija, en sus giros, paradojas e intensidades. De hecho, la trama argumental, aunque articulada débilmente de fragmento a fragmento, se desarrolla estrictamente en el laberinto de lo filial-maternal, constituyendo uno de sus elementos fundamentales. En palabras de la autora: “quise volver atransitar las siempre complejas relaciones familiares, particularmente la relación madre e hija, pero esta vez quise pensarlas inscritas ‘orgánicamente’, no en un sentido simbólico o psíquico sino corporal, la hija como depósito de la madre, pero ambas expuestas, cercadas por un sistema de poder que las controla y las expropia” (Entrevista a diario Perfil). En efecto, una de las líneas centrales delrelato va desde el nacimiento hasta la absorción completa de la madre, que deviene “madreórgano”, por la hija.
Sin embargo, la imposibilidad constante de captar el relato desde una perspectiva unívoca, su resistencia a establecer referentes claros, asocian la novela a la figura retórica de la alegoría, en un sentido benjaminiano. Muy someramente, puede decirse que la alegoría opera instalandoen el texto una dialéctica de la imagen que determina la continua apertura y equivocidad del sentido, la posibilidad de que el discurso abra incesantemente nuevos niveles de significación. En este caso, la figura de un territorio que, en el mismo enunciado y simultáneamente, deviene estado, nación, país, patria, hospital y cuerpo, hace posible la coexistencia de múltiples discursos y referentesposibles, que van desde la historia nacional[1] (o continental, o mundial) hasta la biografía testimonial. Tal carácter abierto, inacabado, tentativo, ha sido destacado por Leonidas Morales, quien lo asocia a una de las corrientes críticas de la modernidad, contribuyendo a la comprensión del modo en que D. Eltit se inserta en lo posmoderno, y el modo en que lo transforma y lo enuncia. Tal vez habríaque añadir, para completar el cuadro general, el carácter urgente, inmediato, el estado de emergencia en el que su escritura se desenvuelve. Por otra parte, en el plano literario, D. Eltit estaría además radicalizando el proceso de desconstrucción del sujeto al que las novelas de José Donoso se habían consagrado, sobrepasando incluso la figura del monstruo, como límite interno de la subjetividad,postulada en El obsceno pájaro de la noche. En la narrativa de D. Eltit, sujeto y discurso se inscriben en una estrategia de carácter ensayístico, provisional, "un movimiento de resultados nunca estabilizados, nunca definitivos" (Morales 123) que desafía las lógicas de la identidad y la representación.
Ahora bien, teniendo en cuenta estos rasgos básicos, quisiera señalar un elemento que...
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