Inés Arredondo

La presencia inmersa

Lejos, el río desemboca en el cielo
Inés Arredondo

(narrar en la caverna)

No vengas al país de los ríos

Las mujeres que narra Inés Arredondo en Río subterráneo caminan sonámbulas, enfermas, azucaradas y lentas; peleando contra el destino, desafiándolo y a la vez aceptando que el sino venga por ellas y les resuelva el deseo filoso del amor y el placer. Sensualesy a la luz rosada y ermitaña del quinqué sienten, sus cuerpos ya no son mente, se deshacen en sus poros, presienten, intuyen, encierran el aullido para no admitir la locura heredada, se disuelven febriles y sudorosas en el meneo débil y preciso de la luz que, aún tenue, las sofoca.
Allá abajo corre el río, helado y maldito eyacula llevándose todo, nace donde nadie lo sospecha; la esperanza de serparte del mar calmo lo empuja a desviar su cauce, a resguardar en sus entrañas el pulso secreto que devanea allí, en el vientre de las mujeres silenciosas que ya no sienten, como antes, ahora se ataviaron de negro y lloran o gimen. En la caverna deliciosa y añeja de esos seres yace el río, el subterráneo, el que no se equivoca y engulle todo lo que encuentra.

(la mirada sonámbula)

Lasoledad no es nada, un estéril o fértil estar consigo mismo, lo monstruoso
es este habitar en otro y ser lanzado hacia la nada.

Los cuentos que narra Arredondo nos muestran parpadeos, sombras fugitivas que deambulan en espacios marinos, calurosos, donde el mar no es ni atracción, ni encuentro inmortal, mares sombríos que se llevan despojo humano y aguas que sólo son mera circunstancia de unaciudad fea y de paso. Aquellos personajes bellos y enfermos de amor y no-amor, son guiados, construidos, efervescentes sólo a través de la mirada del varón indiferente que no ama, que no piensa en ese otro ser, que existe sólo a través de él. En esa debacle surgen las historias, la arena fecunda que deja suspendido el orgullo o el futuro esperanzador, y a cambio las deja solas, entregadas a ese fuegoque sólo encuentra cause en la palabra, en la espuma seca y pastosa de los deseos no cumplidos. Las mujeres de Arredondo, son vientres fértiles que gestan angustias, vapores nocturnos y secretos que sólo entre sábanas pueden ser narrados. Ella, alguna de ellas, ante la infidelidad se convierte en zumbido, en náusea, en eternidad porque para estas mujeres la eternidad no está, tal como dice elpoeta, en el instante que encierra el amanecer, para ellas la eternidad está en el sufrimiento donde el tiempo, sin tiempo, atraviesa agudo y calmo, porque ellas saben que el transcurrir estático se encuentra cuando la mirada del otro, el amado, deja de existir. Ese otro, en este libro, se erige como el padre, dador de vida y transformado en varios otros, el esposo, el hermano que ruge y enloquece,el revolucionario, el hijo asesinado, el morboso de la esquina, el campesino japonés que se incendia para acabar con el drama de su lenguaje incomprendido.
Alguna mujer que transita en la ficción de Arredondo, con piel de porcelana y la juventud marchita confiesa haber pagado el costo del confort: aceptar todas y cada una de las infidelidades del pedante arquitecto veinte años mayor, el cualsabe que el amor es la perla más venenosa que se le puede obsequiar a cualquiera, un don esclavizante y maligno; esa certeza lo lleva a desposar a una muchachita ambiciosa y frágil. Una niña que con peinado alto y tacones lujosos decide vivir para esperar, para anclar su existencia en el viejo, brillante y afilado arquitecto. Sólo el hijo-embrión convertido en manchas de sangre, en un río rojofugándose de entre sus piernas, le hace comprender que ella ya no es la hija pequeña de la madre ni tampoco la protegida de su padre; la infancia quedaba suspensa y trunca, sí, a cambio del pecado sagrado del exceso había aceptado, en el dolor de un aborto, en el abrazo ingenuo de su madre, traicionarla y no hablarle nunca más de la verdad de su vida. Empezó, en el lumbral de su primera muerte, el...