Inamobilidad
Por
RAMÓN MARTÍN MATEO
SUMARIO: I . L A TRAYECTORIA D E LAS RELACIONES DE EMPLEO PÚBLICO Y S U ENOJAJRAMIENTO ESTATUTARIO.—II. ALCANCE Y CONTENIDO DE LA INAMOylLIDAD DE LOS FUNCIO-
NARIOS PÚBLICOS. A) En relación con el tipo de nombramiento. B) En relación con las Potestades de la Administración. 1. Inamovilidad absoluta. 2. Inamovilidadrelativa.—
[II. EXAMEN ESPECIAL DEL CAMBIO FORZOSO DE DESTINO. A) Concepto. B) Derecho comparado.
C) Derecho español. D) Jurisprudencia, a) Ambilo garantizado, b) Limitación de facultades
traslatorias de la Administración.—IV. LA INAMOVILIDAD DE LOS FUNCIONARIOS LOCALES EN EL DERECHO ESPAÑOL.—V. LA PROYECTADA REFORMA DEL ESTATUTO DE FUNCIONARIOS LOCALES.
LA TRAYECTORIA DE LAS RELACIONES DE EMPLEOPÚBLICO Y SU ENCUADKAMIENTO ESTATUTARIO.
La actual configuración de la situación jurídica de los funcionarios públicos a los que se adjudica un «status» determinado, regulado por prescripciones concretas del Ordenamiento, constituye en todos los países occidentales, con algunas salvedades en relación con el mundo anglosajón, el resultado de un lento y progresivo proceso, que, partiendo delcúmuJo de relaciones fragmentarias y personalistas del sistema feudal (1), ha avo(1) La historia de la Administración occidental, ha dicho GARCÍA DE ENTERRÍA, arcanca en línea recta de la reacción frente al orden feudal y frente a la privatización de lo público y personización de los lazos sociales por él representado. La Administración española, Madrid, 1961, pág. 168.
RAMÓN MARTÍN MATEO
cadoa un cuadro perfilado de derechos y deberes del funcionario en cuanto servidor de la empresa estatal. En la Edad Media, en efecto, la perspectiva microjurídica de las situaciones de dependencia y la patrimonialización de las relaciones imperantes, condujo al establecimiento de circunscritos estados, singulares y privatísticas vinculaciones (2), que desconocían un abordamiento general y abstractodel planteamiento de los cargos públicos. Este conjunto caótico de particulares conexiones y lealtades fue poco a poco remodelándose y orientándose hacia estructuras más racionales, por la influencia primero, del modelo despersonalizado de la organización eclesiástica, la recepción del Derecho romano (3), y sobre todo con el afianzamiento del poder real, que se orientó, una vez sólidamenteasentado, hacia el desmantelamiento de potestades independientes y ajenas, utilizando para ello primeramente y oon eficacia acreditada la técnica comisarial. Este proceso, que había ya producido importantes resultados, recibió un definitivo impulso por el predominio de las doctrinas racionalistas e ilustradoras que impulsaron la obra de la Revolución. Al centrarse en la Ley, expresión de la voluntadgeneral, más que en el soberano, el máximo exponente de la comunidad política, se deshicieron incluso los símbolos que conectaban los agentes públicos a la personificación del titular del Estado. Su dependencia se va a articular en el futuro a través de las normas que rigen su relación de empleo, dando lugar con ello a la creación del complejo orgánico y funcional a través del cual se instrumenta laacción pública y que constituye el denominado aparato burocrático (4). En nuestro país este proceso es perfectamente detectable a lo largo de la historia con los factores que normalmente han venido operando, y entre los que puede señalarse, además de los expuestos y en lógica concatenación con ellos, la comercialización, en determinados períodos históricos (5), de los cargos públicos, a través delrecurso de la venta de empleos. Sin embargo, su culminación no ha tenido lugar hasta épocas relativamente recientes como consecuencia de las inseguridades políticas que acompañaron al establecimiento del Estado constitucional. Como es sabido, en el siglo pasado, sólo la obra de BRAVO ML-RILLO en 1852 supuso una consciente y racional actitud en materia de ordenación de los cargos pú(2)
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