Independencia del juez. breve análisis

LA INDEPENDENCIA DEL JUEZ
COMO DERECHO HUMANO

David Cestari Ewing

La independencia Judicial es uno de los postulados constitucionales comunes a casi todas las legislaciones del mundo y forma parte del principio de la separación de los poderes. En la Constitución venezolana –como en muchas tantas- se establece este principio como pilar fundamental de la democracia. Así el artículo254 de la Constitución Venezolana expresa: “El Poder Judicial es independiente y el Tribunal Supremo de Justicia gozará de autonomía funcional, financiera y administrativa (…)”.
Ahora bien, la autonomía judicial no está expresamente establecida en el elenco de derechos humanos contemplados en las cartas internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), ConvenciónAmericana de Derechos Humanos (1969) y Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (1948), entre otras. No obstante su valía como derecho humano fundamental puede deducirse de cierto elenco de derechos. Así tenemos por ejemplo que la Declaración Universal de los Derechos Humanos acoge en sus artículos 8, 9 y 11 el principio recursivo, la excepcionalidad de la privación de libertad y eldebido proceso. De igual modo podemos encontrar en la Convención Americana de los Derechos y Deberes del Hombre similares consideraciones en los artículos 18 (Derecho a la justicia) y artículo 24 (Derecho a proceso regular). Por su parte vemos en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre el derecho a la libertad personal (artículo 7), el establecimiento de las garantíasjudiciales –debido proceso- (artículo 8) y el principio de legalidad (artículo 9).
Luego entonces, vale concluir que si el ejercicio de estos derechos en el marco del proceso interno de cada país queda bajo la tutela judicial, la independencia de los jueces juega un papel preponderante en la vigencia de esos derechos, convirtiéndose en un derecho innominado que los arropa a todos.
Sinembargo, llama poderosamente la atención que muy a pesar de la jerarquía de este principio –autonomía judicial-, poco se menciona su importancia en la protección de los derechos humanos, y se le ve mas como una cuestión de política interna de cada país, cuya afectación es altamente censurable a nivel internacional, pero no objeto de una medida sancionatoria devenida por su inobservancia.
Enlos últimos diez años hemos sido testigos como países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y particularmente en nuestra región de las Américas, países miembros de la Organización de los Estado Americanos (OEA), han modificado sus sistemas políticos en desmedro de los tratados internacionales sobre derechos humanos, que les imponen (de común acuerdo) la obligación de mantener unsistema democrático, y han implementado sistemas de corte dictatorial con apariencia legal de socialismo, donde se otorga amplios y soberanos poderes al presidente como cabeza del estado y del poder ejecutivo, y se coarta la autonomía de los demás poderes. Donde se disfraza la restricción de libertades con decisiones aparentemente soberanas, es decir, populares, en beneficio del pueblo. Este esel caso particular de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y muy especialmente Venezuela, país que por demás lidera estos procesos que se hacen llamar “revolucionarios”.
En estos países se ha mermado –especialmente- la autonomía judicial, la cual cada día se hace más dependiente de las órdenes del poder ejecutivo, en especial, del presidente. Esta autonomía se condiciona primeramente a través de unmensaje amenazante del gobierno sobre la necesidad de seguir sus directrices. Seguidamente se absorbe la cabeza judicial (Corte Suprema de Justicia), designando en calidad de magistrados a personeros adeptos al régimen, quienes en su mayoría no reúnen los méritos de ley para ser magistrados. De allí se avanza con la designación de jueces disciplinarios, que siguen órdenes directas del ejecutivo,...