Independencia
Qué bonito suena, pero que complejo de analizar, si tomamos en cuenta que la venezolanidad a veces parece un ínfimo hilo expuesto al influjo foráneo y propensa a colapsar, o será qué ensi la naturaleza de la venezolanidad no es otra cosa que la anti-venezolanidad, el constituir un algo que no somos, una nación “made in el extranjero” un injerto, una emulación. No lo sé, pero lointuyo.
Sin embargo allí estaba, reluciente y rozagante la llamada fiesta brava, necrofílica por natura, entre clarines y timbales, sobreviviendo como planta parasitaria aferrada al tronco de nuestrasociedad, sin perder la tradición española, entre el ¡olé! colectivo que nadie aquí sabe que significa pero que se canta con fervor y orgullo en cada capoteo, como anunciando el final, la catarsiscolectiva, comunión de sangre y muerte. Exaltada la multitud, drenaba orgásmicamente su energía sobre el héroe español que sometía a la fiera, ese pequeño bufón, proyección hecha carne de nuestro instintoreprimido, MATAR, primario en su totalidad, oscurantismo puro amenizado por un fondo musical que rememora viejos imperios y acentuaba la catatonia “¡Qué viva España!”; Pero esto no es España, es...
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