Individuo

INDIVIDUO
La constitución del individuo
La década que concluye se lleva consigo un siglo y un milenio más. Pero más que hojas del calendario, arrastra en su camino muchas de las ideas que por más de un siglo operaron como certezas básicas del pensamiento sociológico. La imagen de una sociedad con un principio central de integración (sea en términos funcionales, de alienación o estratégicos)estalla en mil pedazos ante la imposibilidad de dar cuenta convincentemente de la incontenible avalancha de fenómenos que de manera impresionista nos muestra la pluralización y fragmentación de lo social.
Si en la base del paradigma clásico estaba la relación de continuidad, cuando no de identidad, entre las nociones de sociedad e individuo, es precisamente en esos mismos registros donde hoyencontramos los trastocamientos más espectaculares. En ese sentido, la fuerza de los hechos nos muestra que dos de los fenómenos centrales de la época son el cuestionamiento de la capacidad integrativa y reproductiva de los entramados institucionales, y por otro lado, la dificultad del individuo para constituirse en sujeto capaz de actuar eficazmente en el mundo y sobre el mundo, y al mismo tiempo, dedotar de coherencia la construcción de su propia vida.
El individuo no es ya la simple personificación de un rol o de una multiplicidad de roles, ni el universal concreto que encarnaba las leyes de una historia escatológica; la sociedad no es tampoco un sistema orgánico o complejo, ni el efecto de la contradicción estructural entre fuerzas productivas y relaciones de producción, ni el mercado enque compiten seres total o parcialmente racionales. Si esto es así, ¿qué nuevas respuestas pueden ser ensayadas?
Actualmente es más productivo penetrar en lo social reconociendo la pluralización de los mundos de vida, la migración constante de los individuos de unos ámbitos experienciales a otros, la referencia a diferentes horizontes de justificación, la circulación globalizada de informacionesque saturan la capacidad decisional de los individuos y que modifican sensiblemente las percepciones espacio-temporales, la operación simultánea y conflictiva del individuo en registros integrativos, estratégicos y expresivos-afectivos, etc.
Retomando esta premisa fuerte, presente en un sinnúmero de trabajos sociológicos recientes, pretendo introducirme aquí desde una perspectiva sociológica alproblema de cómo es posible que el individuo procese su referencia experiencial en distintas coordenadas espacio-temporales sin reducirse a alguna de ellas ni disolverse en la fragmentación. Para el efecto recurriré a algunas de las tesis con las que François Dubet fundamenta la categoría de la experiencia. En un segundo momento expondré la pertinencia de abordar la fenomenología del tiempo através de tres tensiones básicas: entre la experiencia y la expectativa, entre la historia narrada y la historia que espera ser narrada, y finalmente, entre la racionalización y la subjetivación. Un tercer momento del análisis me conducirá a ensayar la articulación con el concepto de esfera semiótica con el que Fernando Castaños aborda, en los linderos de la filosofía analítica y la sociologíapolítica, el fenómeno de la ambivalencia de los significados que se movilizan en la cultura política.
Estoy consciente de que un ejercicio así, aparte de las evidentes dificultades que implica poner a jugar posturas disciplinares y niveles de abstracción tan distintos, haría obligado además un abordaje tanto en el terreno de lo individual como en el de lo colectivo. Sin embargo, el nivel de complejidadque implicaría incursionar en el registro colectivo, así como las implicaciones que esto tendría en términos de extensión y tiempo se imponen en esta ocasión como un límite infranqueable.
DE LA SOCIOLOGÍA CLÁSICA A LA SOCIOLOGÍA DE LA EXPERIENCIA
Para François Dubet (Sociología de la experiencia, 1994) hablar de la sociología clásica es remitirse, más que a una perspectiva teórica...