¿Infancia O Infancias_ 1
(Una mirada desde la formación docente para el Nivel Inicial)
Papeles de cátedra 1
Prof. Pedro Luis Ferrari
Instituto Superior del Profesorado “Junín”
Año 2015
A modo de introducción...
Un niño suscita hoy sensaciones extrañas. Siguiendo a Cristina Corea1 podemos señalar que:
"La curiosidad infantil, ese sentimiento tan propio del niño con el que finalmente los adultos logramos
familiarizarnos, hoy parece haberse desplazado: somos los adultos quienes observamos, perplejos, el
devenir de una infancia que resulta cada vez más difícil continuar suponiendo como tal.
Si orientamos la mirada hacia nuestro entorno cultural, lo dicho puede cobrar alguna evidencia. Por un
lado, lo que se escucha en los medios: crecimiento de las estadísticas sobre maltrato infantil; aumento
alarmante de la venta de niños.
En el campo de la delincuencia irrumpe una novedad: la niñez asesina y el suicidio infantil.
La infancia concebida como etapa de latencia forjó la imagen del niño como hombre o mujer del
mañana. Pero, como consumidor, el niño es sujeto en actualidad; no en función de un futuro.
La lógica
de segmentación del marketing instaura unas diferencias que barren las que se hubieran establecido con
la concepción de las edades de la vida en etapas sucesivas2. En esa serie se habían inscripto la infancia
y sus edades sucesivas: la adolescencia, la juventud, la adultez, la vejez. Ahora las diferencias se
marcan según otro principio: consumidores o excluidos del sistema de consumo, según la lógica de las
diferencias que impone el mercado.
La relación con el receptor que propone el discurso de los medios masivos es otra de las condiciones de
la caída de la infancia: el acceso indiferenciado a la información y al consumo mediático distingue cada
vez menos las clases de edad. Aquellas diferencias, basadas en el principio de separación, como las etapas de la vida, la espera o el
progreso, que son características de la identidad de los niños modernos, se disuelven con el avance de
las identidades móviles del mercado, impuestas por el dispositivo de la moda.
El opuesto de la figura del niño como consumidor es
el niño de la calle3, figura que también tiende a
abolir la imagen moderna de la infancia. Si el niño trabaja para un adulto, esta situación
borra la
4
diferencia simbólica entre ambos ; una diferencia que precisamente la institución moderna del trabajo, al
excluir de su campo a la infancia, contribuye a instaurar. Pero también, con ello, queda abolida la idea de
fragilidad de la infancia5: si en el universo de los excluidos del consumo los niños están en mejores
condiciones que los adultos para "generar recursos”, entonces se revela que la idea de fragilidad del
niño, que operaba como una razón moderna de exclusión de la infancia del mundo del trabajo, es una
producción histórica ya extenuada."
Podría señalar aquí, ejemplos para cada una de las afirmaciones que realiza Cristina Corea. Pero, para
no hacer demasiado extensa esta introducción, remito a los grupos de años anteriores en donde hemos
desarrollado y ejemplificado estas cuestiones con videos y situaciones cotidianas de vida.
Cristina Corea e Ignacio Lewkowicz ¿Se acabó la infancia?: ensayo sobre la destitución de laniñez.
Lumen/Humanitas, 1999.
1
Ver
https://www.youtube.com/watch?v=wyXXvLB8Crg
Ver
https://www.youtube.com/watch?v=SW_U1IXIvFs&nohtml5=False
4
Ver
http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=114109
5
Ver
https://www.youtube.com/watch?v=Vkm9Lb9iYE&nohtml5=False
2
3
Entonces, ¿se acabó la infancia? ¿no hay más niños?...
sin duda que las ...
Regístrate para leer el documento completo.