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En una humilde casa situada en la cima de una montaña en Edimburgo. Allí vive Madeleine, un alma caritativa, aunque algo chiflada, que asiste a las parturientas que notienen a dónde ir; ella se encarga de traer al mundo a los retoños de unas madres, que viven fuera de la ley o que por circunstancias personales no desean ocuparse de sus bebés, como las prostitutas o lasniñas que juegan a los médicos. A todas ellas las asiste y nunca les hace preguntas incriminatorias u dolorosas. Pero el bebé que acaba de nacer tiene un grave problema: un corazón tullido, duro, uncorazón sordo e incapaz de bombear si no lo repara de inmediato. La doctora de los tullidos le coloca a Jack, un corazón artificial, un reloj viejo de madera, de cuco, que tendrá que ser accionadotodos los días y que le permitirá llevar una vida normal en apariencia, siempre y cuando respete las reglas del juego: nunca debe tocar sus agujas, ni expulsar su cólera a borbotones y, por supuesto, nopuede enamorarse: su corazón no soportaría los espasmos que provoca ese descontrolado sentimiento.
Así que Jack pasa a ser uno más de la familia de los desarraigados y, aunque Madeleine lo quieremucho, espera que alguna de los padres que acuden para llevarse a su cálido hogar a esos niños desgraciados, lo adopte. Pronto descubre que eso no sucederá jamás, pues él es diferente y como tal, esrechazado, conminado a espabilarse por sí mismo, pese a la burbuja protectora con la que lo envuelve su “hada madrina”.
El día de su cumpleaños baja al pueblo y el peligro le sale al paso: descubre ala torpe niña miope de grandes ojos y se enamora de ella. La visión de la que luego se convertirá en la famosa Mis Acacia se fija en su retina, la suerte ya está echada. Se apunta a la escuela paraverla, soporta las crueles vejaciones de Joe y de sus compañeros, descubre la ira y desata la cólera; en poco tiempo, ha sembrado el camino de su desgracia, ha desobedecido a su bienhechora,...
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