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UNA CONDICIÓN PARA EL DESARME EN MEDELLIN1
Carlos Enrique Londoño Rendón2
Introducción
Estamos condenados a convivir; no podemos vivir sólos, nos recuerdan Victoria Camps y Salvador Giner. “Nuestra condición es la vida en común, la convivencia. No podemos vivir en solitario. Esa condición obliga a pensar en el otro con delicadeza y respecto. Dejar de hacerlosería mostrar desprecio por la humanidad y, en definitiva, por nosotros mismos”3.
La convivencia puede ser destructora de los demás, o puede ser llevada a cabo con respeto por el otro; que antepone los intereses individuales, o que ha desarrollado una conciencia acerca de la prevalencia de los intereses que nos son comunes, que son parte del dominio de lo público. Desde las segundasperspectivas hablamos de una convivencia ciudadana, la cual se construye cada día sobre la base del reconocimiento de los otros como personas, iguales en dignidad y, como tales, sujetos de derechos y deberes, de respecto y tolerancia. Como construcción social y humana requiere del desarrollo de valores y actitudes, fundamentos del reconocimiento y el respeto de los demás como personas absolutamente igualesen dignidad.
Las condiciones históricas que han definido lo que somos hoy como nación en Colombia, en particular como ciudad en Medellín, han presentado y presentan enormes obstáculos para el logro de esta tarea, la de la construcción de una ciudad de ciudadanos. El logro diario de esta tarea requiere de la transformación y superación de aquellos, para enfrentar los retos propios de laconstrucción de ciudadanía en Medellín, para convertir la Medellín física, la de calles y edificios con habitantes, en una Medellín ciudadana, capaz de resolver las diferencias conflictivas sobre la base de su humana racionalidad y no por medio de la violencia armada. Desarmar a Medellín, desde esta perspectiva, debe ser un punto de llegada, no el de partida. Sin ciudadanía, la sola entrega de armas noda lugar a convivencia pacífica.
1. Condiciones históricas y culturales que obstaculizan la construcción de ciudadanía
La sociedad colombiana es heredera y reproductora de las características afines a una sociedad piramidal, de clara raigambre feudal, poco o nada superadas hasta el presente, si la examinamos desde una perspectiva estructural. En el vértice de la pirámide colombiana haestado siempre presente un pequeño sector de élite, que ha concentrado todo el poder económico, político, social y cultural. Desde allí se discrimina y excluye a las grandes mayorías de colombianos, mantenidos en la base de la pirámide, sometidos a los mandamientos dogmáticos y autoritarios del vértice, con pocas o ningunas posibilidades de proponer visiones divergentes e incluyentes. Ser y pensardistinto trae el riesgo de ser señalado y eliminado de la sociedad. La realidad colombiana cuenta con miles y miles de tumbas de quienes lo intentaron en algún momento, desde los tiempos coloniales hasta hoy. En este párrafo de La Franja Amarilla, William Ospina lo resume con toda claridad:
“Si hay algo que nadie ignora es que el país está en muy malas manos. Quienes se dicen representantes de lavoluntad nacional son, para las grandes mayorías de la población, personas indignas de confianza, meros negociantes, vividores que no se identifican con el país y que no buscan su grandeza. Pero ello no es nuevo. Si algo caracterizó a nuestra sociedad desde los tiempos de la Independencia, es que sistemáticamente se frustró aquí la posibilidad de romper con los viejos esquemas coloniales.Colombia siguió postrada en la veneración de modelos culturales ilustres, siguió sintiéndose una provincia marginal de la historia, siguió discriminando a sus indios y a sus negros, avergonzándose de su complejidad racial, de su geografía, de su naturaleza”4.
“Siempre hubo una aristocracia parroquial arrogante y simuladora, agrega Ospina, que procuraba vivir como en las metrópolis, disfrutando el...
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