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La primera vez que Nikola Tesla oyó hablar de la electricidad acababa de nevar, pero soplaba un aire cálido. El ambiente estaba cargado de electricidad estática en la pequeña aldea de Smiljan, situada en una región montañosa del Imperio Austrohúngaro, en la actual región de la Krajina (Croacia, aunque de mayoría serbia). Corrían los primeros años de la década de1860 y el pequeño Tesla estaba acariciando a 'Macak', su gato querido -al que dedica algunas de las páginas más emotivas de sus escritos-, y, de pronto, del pelaje del animal empezaron a brotar chispas de una manera brutal, unos espectaculares rayos que nunca pudo apartar del recuerdo. Sus padres, un sacerdote ortodoxo con gran cultura y una ama de casa analfabeta, presenciaron aquello. El religiosotomó la iniciativa y le explicó al niño que se trataba de electricidad estática. «Lo mismo que ves en las copas de los árboles cuando hay una tormenta», dijo. Ese fue el comienzo de su rico y productivo mundo interior. Tesla, que apenas contaba tres años, escribió en su vejez que, después de aquello, imaginaba el mundo como un gran gato al que Dios acariciaba el lomo mientras los rayos descendíanhasta la superficie terrestre.
El gran genio de la luz, pionero del control remoto, inventor real de la radio y quizá el mayor visionario científico de los siglos XIX y XX recordaba ese momento de su infancia en un texto escrito poco antes de su muerte: «80 años han pasado desde ese momento y he dedicado todo ese tiempo a buscar el sentido último de la electricidad. Y todavía lo estoy buscando».Nikola Tesla sostiene una lámpara llena de gas. MUSEO NIKOLA TESLA
A pesar de su enorme atractivo y popularidad durante la última década del siglo XIX -salía en los periódicos con aura de genio y la jet-set se lo rifaba para poder conversar sobre ciencia con él en sus cenas-, Nikola Tesla (Smiljan, 1856-Nueva York, 1943) pasó los últimos años de vida olvidado por la Historia, arrancadoinjustamente de los manuales de ingeniería y lejos de la memoria que reivindica a los grandes genios de la ciencia. Sus últimos días transcurrieron sentado en el banco de un parque dando de comer a las palomas antes de morir en una habitación del hotel New Yorker. Y aunque en los últimos años su figura ha sido reivindicada en novelas, películas y cómics, Tesla continúa siendo un personaje marginal queno ha logrado sacudirse el halo de misterio y extravagancia que enterró su recuerdo en el salón de la fama científico.
Precisamente para rescatar su obra y hacerse eco de la enorme repercusión que el personaje está ganando en la cultura underground actual -la novela de Echenoz 'Relámpagos' o 'Moon Palace' de Paul Auster, un cameo en 'Contra el día', de Thomas Pynchon o David Bowie interpretando aTesla en el filme 'The Prestige', amén de otras muchas apariciones en series, películas o cómics-, se inaugurará en la sede madrileña de la Fundación Telefónica el próximo día 13 de noviembre la mayor exposición sobre Nikola Tesla celebrada jamás sobre el inventor serbio. La muestra estará comisariada por el divulgador Miguel Ángel Delgado -autor de la reciente novela de ficción 'Tesla y laconspiración de la luz'(Destino)-, junto con María Santoyo y expondrá, entre otras cosas, por primera vez fuera de Belgrado los objetos personales del inventor. «Una de las cosas que sorprende de Tesla es la capacidad que tiene para la invención si uno ve dónde nace», cuenta a EL MUNDO Delgado, autor también de las obras 'Nikola Tesla' y 'Yo y la energía'. «Smiljan, es una aldea en la zona montañosa dela Krajina. Un lugar muy duro, que queda aislado durante el invierno por la nieve, donde no hay nada que tenga que ver con la tecnología», dice. Y sin embargo, Tesla es un niño que desde pequeño tiene una gran inventiva. Según contaba él mismo, cogía escarabajos y los pegaba a las palas de una hélice para que el insecto, al mover las alas para volar, moviese el molinillo. Tenía siete años cuando...
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