Informe CALCSICOVA 1
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La evolución del marco social, la situación de las personas afectadas por el VIH, hayan desarrollado o no sintomatología, va siendo objeto de estudio, análisis y seguimiento desde 1985.
Desde los aspectos sociales que el Comité Ciudadano Anti-Sida de la Comunidad Valenciana contempla a la hora de intervenir encalidad de Agente Social, el de la integración socio-laboral adquiere un mayor énfasis en el contexto de la actualidad.
La descripción del panorama de los afectados en el ámbito laboral supone la introducción de matices sobre la realidad diferencial entre los afectados asintomáticos y aquellos que han desarrollado ya la sintomatología que permite diagnosticarlos como “enfermos de Sida” (según laclasificación hecha por los CDC de Atlanta) en el debate sobre la integración socio-laboral de ambos perfiles. El arsenal terapéutico con el que hoy día se cuenta ha hecho cambiar el parámetro de esperanza de vida, y aunque la calidad de vida de los infectados no es equiparable a un estándar de normalidad por las secuelas de la patología o efectos adversos de los fármacos, se desprende la necesidad dearticular cauces para que, optativamente, aquellos afectados que pudieran realizar una actividad profesional, encuentren un medio lo más satisfactorio posible para tal fin.
Por otro lado, las personas afectadas por el VIH que nunca han desarrollado la patología ni llegado a padecer un deterioro funcional, se encuentran, tras años de campañas de divulgación, con estados de opinión en los quesubyace una percepción distorsionada sobre su capacidad, y un clima social en el que todavía no es posible una aceptación plena de la situación. Estas circunstancias condicionan notablemente el desarrollo de una actividad profesional normalizada y promueven la invisibilidad de esta situación. Queda precisada pues la diferencia entre afectados por VIH con o sin sintomatología, únicamente útil a efectosde clasificación diagnóstica ya que la discapacitación por causas del entorno y estigmatización afecta a la totalidad de los individuos afectados.
En el año 2000 entró en vigor el R.D: 1971/99 de procedimiento para el reconocimiento, declaración y clasificación del grado de minusvalía, en el que los baremos para el reconocimiento de las minusvalías pretenden ser “actualizados con el criteriofundamental de valorar la mayor o menor limitación para las actividades de la vida y, en su caso, la actividad laboral de las personas infectadas por el VIH”.
Estos baremos valoran la discapacidad, entendida como el estado funcional en el que se encuentra una persona.
Esta concepción de la discapacidad está siendo objeto de transformación desde la Organización Mundial de la Salud en las nuevasdirectrices para medir la salud desarrolladas en la nueva clasificación Internacional del funcionamiento, de la discapacidad y de la salud (CIMM-2). Aceptada por 191 países y fruto de la investigación en siete años, este nuevo patrón de descripción y medición trastoca el vigente concepto de discapacidad, incorpora los aspectos sociales de ésta y brinda un mecanismo para documentar la repercusión en elentorno social y físico del sujeto.
La propia OMS a través del comunicado de prensa OMS/48 de 15 de noviembre de 2001 ilustra este nuevo concepto: “una persona afectada por el VIH/SIDA puede verse discapacitada por lo que se refiere a sus posibilidades de participación activa en una profesión.
La nueva clasificación utiliza un enfoque biopsicosocial, con el fin de integrar las diferentesdimensiones de la discapacidad e incorporar los factores ambientales –entendidos como los sociales y actitudinales externos a los individuos- que son admitidos como influencias negativas o positivas en el desempeño de actividades y la realización del individuo en la sociedad.
Tener este tipo de problemas sin deficiencias o limitaciones en la capacidad, puede ser la consecuencia a la que se enfrentan...
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