Informe Sobre La Fe
Card. Joseph Ratzinger
Texto cogido: www.dudasytextos.com
17-4-07 José María Palomar
ÍNDICE:
Capítulo I: Encuentro insólito
Capítulo II: Descubrir de nuevo el concilio
Capítulo III: La raiz de la crisis: la idea de iglesia
Capítulo IV: Entre sacerdotes y obispos
Capítulo V: Señales de peligro
Capítulo VI: El drama de la moral
Capítulo VII: Las mujeres: una mujer
CapítuloVII: Una espiritualidad para hoy
Capítulo IX: La liturgia entre antugüedad y novedad
Capítulo X: Sobre los novisimos
Capítulo XI: Hermanos pero separados
Capítulo XII: Sobre una cierta “liberación”
Capítulo XIII: Predicar de nuevo a cristo
CAPÍTULO I: ENCUENTRO INSÓLITO
Pasión y razón
Vacaciones del cardenal
Derecha-izquierda. Optimismo-pesimismo
Ni por exceso ni por defecto
Teólogo y pastor
Lasombra del Santo Oficio
¿Un servicio incomprendido?
«Todavía hay herejías»
Pasión y razón
«Un alemán agresivo, de talante orgulloso; un asceta que empuña la cruz como una espada».
«Un típico bávaro, de aspecto cordial, que vive modestamente en un pisito junto al Vaticano».
«Un Panzer-Kardinal que no ha dejado jamás los atuendos fastuosos ni el pectoral de oro de Príncipe de la SantaIglesia Romana».
«Va solo, con chaqueta y corbata, frecuentemente al volante de un pequeño utilitario, por las calles de Roma. Al verle, nadie pensaría que se trata de uno de los hombres más importantes del Vaticano».
Y así podríamos seguir. Citas y citas (todas auténticas), naturalmente, tomadas de artículos publicados en diarios de todo el mundo. Son artículos que comentan algunas de las primicias(publicadas en la revista mensual Jesúsy luego traducidas a muchas lenguas) contenidas en la entrevista que nos concedió el cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto, desde enero de 1982, de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, institución vaticana que, como es sabido, hasta hace veinte años se vino llamando durante cuatro siglos “Inquisición Romana y Universal” o “Santo Oficio”.
Al leerretratos tan dispares del propio aspecto físico del cardenal Ratzinger, no faltará algún malicioso que sospeche que también el resto de tales comentarios esté más bien lejos del ideal de “objetividad informativa”, del que tan a menudo hablamos los periodistas en nuestras asambleas.
No nos pronunciamos al respecto; nos limitamos a recordar que en todo hay siempre un lado positivo.
En nuestro caso,en estas contradictorias “transformaciones” sufridas por el “Prefecto de la fe” bajo la pluma de algún que otro colega (no de todos, por supuesto) está, acaso, la señal del interés con que ha sido acogida la entrevista con el responsable de una Congregación cuya reserva era legendaria y cuya norma suprema era el secreto.
El acontecimiento era, en efecto, realmente insólito. Al aceptar dialogar connosotros unos días, el cardenal Ratzinger concedió la más extensa y completa de sus escasísimas entrevistas. Y a ello hay que añadir que nadie en la Iglesia —aparte, naturalmente, el Papa— habría podido responder con mayor autoridad a nuestras preguntas.
La Congregación para la Doctrina de la Fe —téngase en cuenta— es el instrumento del que se sirve la Santa Sede para promover la profundizaciónen la fe y velar por su integridad. Es, pues, la auténtica depositaria de la ortodoxia católica. A ello se debe que ocupe el primer puesto en la lista oficial de las Congregaciones de fa Curia romana; como escribió Pablo VI, al darle precedencia sobre todas las demás en la reforma posconciliar, “es la Congregación que se ocupa de las cosas más importantes”.
Así, pues, ante la singularidad de unaentrevista tan amplia con el “Prefecto de la fe” —y ante los contenidos que por su claridad y franqueza rayan en la crudeza—, se comprende fácilmente que el interés de algunos comentaristas haya derivado en apasionamiento y en necesidad de alinearse: a favor o en contra.
Una toma de posición, que ha afectado incluso a la propia persona física del cardenal Ratzinger, convertida en positiva o...
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