ing civil
Laura Restrepo
Dulce compañía
Grupo Editorial Norma
Barcelona Buenos Aires Caracas Guatemala México
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Santafé de Bogotá Santiago
Primera edición: noviembre de 1995
Primera reimpresión: marzo de 1996
© Laura Restrepo, 1995
© esta edición— Editorial Noima S A., 1995
Apartado 53550 Santafé de BogotáFotografía de cubierta: Víctor Robledo,
basada en The Abduction of
Psyche (1895, óleo de William
Bouguoteau (1875— 1906)
Diseño Camilo Umaña
Impreso en Colombia por Cargraphics S.A — Impresión Digital
Printed in Colombia
ISBN 958—04—3212
CC 26008034
Contenido
I Orifiel, ángel de luz
II El ángel sin nombre
III Elobim, ángel caído
IV Mermeolb, o la furia del ángelV La venganza de Izrafel
VI El grande Uriel, ángel proscrito
VIl Manuel, hijo de mujer
A las nenas:
Carmen, Villa, Titi,
Cristina, Clara, Gloria Ceci,
Diana y Helena.
...queda demostrada de nuevo la flaqueza
natural de las mujeres y sus viciosas y
adquiridas facilidades para caer bajo el
asalto de cualquier ángel caído.
JOSÉ SARAMAGO
I
Orifiel, ángel de luz
Nohubo presagios que anunciaran los hechos. O tal vez los hubo, pero no supe interpretarlos. Reconstruyendo la secuencia recuerdo ahora que días antes de que todo empezara, tres hombres violaron a una loca en la zona verde enfrente a mi edificio. También fue por ese tiempo que el perro de mi vecina se lanzó por una ventana del tercer piso, cayó a la calle y salió ileso, y que la lotera leprosa de laesquina de la 92 con 15 parió un hijo sano y bonito. Seguramente ésas fueron señales, ésas y tantas otras, pero sucede que esta ciudad desquiciada manda tantos preavisos de fin del mundo que uno ya no les presta atención. Y eso que aquí, donde vivo, viene siendo barrio clase media: nadie se imagina la de presagios que se dejan ver a diario por los tugurios.
La verdad escueta es que estahistoria de ecos sobrenaturales, que de tan curiosa manera habría de trastornar mi vida, empezó a desenvolverse a las ocho de la mañana de un lunes muy terrenal y corriente, cuando entré de pésimo humor a la sala de redacción de la revista Somos, donde trabajaba como reportera. Tenía la certeza de que mi jefe me daría una orden que no quería oír, contra la cual me había indispuesto durante todo elfin de semana. Sabía que me mandarían a cubrir el reinado nacional de belleza, que estaba por empezar en la ciudad de Cartagena. Yo era más joven que ahora, me sobraban bríos y me empeñaba en escribir cosas que valieran la pena, pero el destino, que me daba por la cabeza, me obligaba a ganarme la vida en uno de tantos semanarios de frivolidades.
De todas mis obligaciones en Somos, el reinado erapor mucho la peor. Era una tarea desapacible entrevistar treinta muchachas con talles de avispa y cerebros del mismo animal. Reconozco que también me lastimaban el orgullo su mucha juventud y sus pocos kilos, pero lo más doloroso era tener que concederle importancia a la sonrisa Pepsodent de miss Boyacá, a la soltería cuestionada de miss Tolima, a la preocupación por los niños pobres de missArauca. Para colmo las remas se esforzaban por fomentar una imagen simpática y descomplicada, a todo el mundo trataban de tú, repartían besos, derrochaban contoneos y jovialidad. Se familiarizaban con los reporteros a los que veníamos de Somos nos decían"Somitos": Somitos, mientras me entrevistas sostenme el espejo y yo me voy maquillando, escribe, Somitos, que mi personaje predilecto es la madre Teresa de Calcuta, y yo ahí parada, ante sus uno con ochenta de espléndida figura, anotando en una libreta la ristra de boberas.
No. Este año no iría al reinado así tuviera que dejar mi puesto. Prefería comerme un tarro de lombrices a soportar que...
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