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INTRODUCCIÓN

En Honduras vivimos en un régimen “democrático” desde hace un poco más de 30 años, y las mejorías en la vida de la ciudadanía no han sido notorias; en contraposición a esto se hanhecho más grandes las brechas entre pobres y ricos y un alto porcentaje de la población se encuentra en extrema pobreza. Existe poca confianza en la población en que la situación pueda cambiar por unabuena administración gubernamental, y hay un sentimiento generalizado de que la corrupción ha permeado buena parte de las distintas esferas de la sociedad.
La región nor-occidental de Honduras no es laexcepción de esta situación y más bien las repercusiones son más sentidas en esta área geográfica donde el Índice de Desarrollo (IDH) siempre muestra la desventaja frente al resto del país.
Aunqueha sido una región catalogada como postergada y la más pobre del país, de ella han surgido iniciativas interesantes de participación ciudadana e incidencia política y tiene un nivel alto deorganización de la sociedad civil, así como se han impulsado iniciativas interesantes desde espacios de concertación entre gobierno y sociedad civil, como los impulsados en un tiempo por las Comisiones deDesarrollo Departamental, el Espacio Regional de Occidente y las Mancomunidades de Municipios, entre otras. Todo este trabajo ha sido acompañado por organizaciones no gubernamentales que trabajan en la zonay las que tienen entre sus objetivos primordiales el fomento de la participación ciudadana para mejorar las condiciones de las comunidades. En la región han habido interesantes experiencias deincidencia política tanto a nivel local, regional, como central, donde la población se ha unido y logrado objetivos relevantes.
No obstante, y pese a todos los esfuerzos realizados y logros obtenidos luegode muchos años de intervención, los desafíos aun son grandes y es necesario seguir reforzando las bases sociales, capacitándolas para que haya un mayor conocimiento sobre los problemas reales de...