Ingeniero

el año 2005, se estimaba que en América Latina y el Caribe existían 336 instituciones de microfmanzas (IMF) que contaban con cerca de 6 millones de clientes y una cartera superior a losUS$5,400 millones. El éxito experimentado por estas instituciones había llamado la atención de proveedores tradicionales de servicios financieros, tales como bancos comerciales, los cualesestaban entrando a ese mercado. Una característica del microcrédito era que se ofrecía principalmente para capital de trabajo a una diversidad de actividades muy amplia, lo que dispersaba elriesgo, y tenía cortos períodos de repago.

En el mismo año, se estimaba que en México existían 39 M ' s bajo diversas figuras jurídicas y marcos legales (reguladas o no) dependiendo si eran,cajas de ahorro y crédito, uniones de crédito, ONG's, Sofoles, entre otras, que ofrecían servicios a más de 1.2 millones de clientes, con una cartera aproximada de US$471 millones. En eseentonces, se estimaba que alrededor del 30% del Producto Nacional Bruto era generado por el sector económico informal6. También se estimaba que existían alrededor de 10.4 millones demicroempresas en el país que generaban 17 millones de empleos y representaban un mercado potencial de más de US$4,000 millones, con una penetración de apenas 11 -7% en esos momentos (Ver Anexo No. 1).Las cooperativas, uniones de crédito e instituciones de ahorro y préstamo, atendían al segmento popular de manera local o regional. Existía un gran número de entidades de ese tipo en elpaís, sin embargo, éstas eran muy heterogéneas en cuanto a su figura legal, y por lo tanto, los servicios que podían ofrecer. En este segmento existían dos grandes jugadores que eran la CajaPopular Mexicana y la Caja Libertad. En el caso de la primera, estaba formada por 50 cooperativas locales y principalmente ofrecía productos de ahorro y créditos condicionados al ahorro.