Ingeniero
1.
GALILEO GALILEI, MAESTRO DE MATEMÁTICAS EN PADUA, QUIERE
DEMOSTRAR LA VALIDEZ DEL NUEVO SISTEMA UNIVERSAL DE
COPÉRNICO.
El pobre gabinete de trabajo de Galilei en Padua. Es de mañana. Un muchacho, ANDREA, hijo del ama
de llaves, trae un vaso de leche y un bollo.
GALILEI (lavándose el pecho, resoplando, alegre). —Pon la leche sobre la mesa pero
no cierres ningún libro.
ANDREA. — Mi madre dice que debemos pagar al lechero. Si no pronto hará un rodeo a nuestra casa, señor Galilei.
GALILEI. — Se dice: describirá un círculo, Andrea.
ANDREA. — Como usted quiera, pero si no pagamos describirá un círculo en torno a
nosotros, señor Galilei.
GALILEI. — Si el alguacil señor Cambione, se dirigedirectamente a nuestra puerta, ¿qué distancia entre dos puntos elegirá?
ANDREA (sonríe). — La más corta.
GALILEI. — Bien. Tengo algo para ti. Mira atrás de las tablas astronómicas. (Andrea
levanta detrás de las tablas astronómicas un modelo de madera de gran tamaño del sistema de Ptolomeo.)
ANDREA. — ¿Qué es esto?
GALILEI. — Es un astrolabio. El aparato muestra cómo los astros se muevenalrededor
de la tierra, según la opinión de los viejos.
ANDREA — ¿Cómo?
GALILEI. — Investiguemos. Primero la descripción.
ANDREA. — En el medio hay una pequeña piedra.
GALILEI. — Es la Tierra.
ANDREA. — Alrededor de ella hay anillos, siempre uno sobre el otro.
GALILEI. — ¿Cuántos?
ANDREA. — Ocho.
GALILEI. — Son las esferas de cristal.
ANDREA. — A los anillos se han fijadobolillas.
GALILEI. — Son los astros.
ANDREA. — Y ahí hay cintas en las que se leen nombres.
GALILEI. — ¿Qué nombres?
ANDREA. — Nombres de estrellas.
GALILEI. — ¿Por ejemplo? [7]
ANDREA. — La más baja de las bolillas es la Luna y encima de ella el Sol.
GALILEI. — Y ahora haz correr el sol.
ANDREA (mueve los anillos). — Es hermoso todo esto, pero nosotros estamos tanencerrados...
GALILEI. — Sí. (Secándose.) Es lo que también yo sentí cuando vi el armatoste por
primera vez. Algunos lo sienten. (Le tira la toalla a Andrea para que le frote la espalda.) Muros,
anillos e inmovilidad. Durante dos mil años creyó la humanidad que el Sol y todos los
astros del cielo daban vueltas a su alrededor. El Papa, los cardenales, los príncipes, los
eruditos, capitanes,comerciantes, pescaderas y escolares creyeron estar sentados inmóviles
en esa esfera de cristal. Pero ahora nosotros salimos de eso, Andrea. El tiempo viejo ha
pasado y estamos en una nueva época. Es como si la humanidad esperara algo desde hace
un siglo. Las ciudades son estrechas y así son las cabezas. Supersticiones y peste. Pero
desde hoy no todo lo que es verdad debe seguir valiendo.Todo se mueve, mi amigo. Me alegra pensar que la duda comenzó con los navíos. Desde que la humanidad tiene memoria se arrastraron a lo largo de las costas, pero de repente las abandonaron y se largaron a todos los mares. En nuestro viejo continente se ha comenzado a oír un rumor: existen nuevos continentes. Y desde que nuestros navíos viajan hacia ellos se festeja por todas partes que elinmenso y temido mar es un agua pequeña. Desde entonces ha sobrevenido el gran deseo: investigar la causa de todas las cosas, por qué la piedra cae al soltarla y por qué la piedra sube cuando se la arroja hacia arriba. Cada día se descubre algo. Hasta los viejos de cien años se hacen gritar al oído por los jóvenes los nuevos descubrimientos. Ya se ha encontrado algo pero existen otras cosasque deben explicarse. Mucha tarea espera a nuestra nueva generación.
"En Siena, de muchacho, observé cómo unos trabajadores reemplazaban, luego de cinco
minutos de disputa, una costumbre milenaria de mover bloques de granito por una nueva y razonable forma de disponer las cuerdas. Fue allí donde caí en la cuenta: el tiempo viejo ha pasado, estamos ante una nueva época. Pronto la humanidad...
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