Ingeniero

La primera palabra no dice nada
pero la última, la última tampoco.
Se me han muerto las manos,
y sin dejar de lado el llanto
les doy sana sepultura
en los bolsillos.
Cristo me observafastidiado
recargado en una botella de vino;
sonríe medio risueZo
y se pregunta quién de los dos
está loco, quién se embriagó primero?
Y yo le digo que se necesita estar loco para
mantenerse por sigloscon el mismo corte de cabello.
Pero me ignora altaneramente
y liba de la botella mientras pone en el tocacintas
una canción de Pink Floyd.
Cristo, sin duda, es una mala influencia
para losreligiosos calvos.
Cristo, con duda, es la pared donde
fusilan a los muertos.
La primera palabra es una esquirla
en el paladar.
Las amas de casa dominantes
compran en el mercado una lata
de palabrasen almibar.
Ya sea para cenar o para después de
hacer el amor.
Yo soy un ladrón de la palabra,
tomo por asalto la palabra.
El humo del cigarro es una nube
donde flotan mis palabras enfermas.Algunos somos palabras escritas al revés.
Nos miramos desesperados y pareciera
que sonreímos en otro idioma.
Pasa la gente como un mitin de palabras
que amontonadas no dicen nada,
pero separadas,tampoco dicen nada.
Dos o tres palabras se acercan
arrastrando sus vocales:
Algunas tienen puntos suspensivos,
quizás tengan preguntas y otras no han
terminado de escribirse.
Tu eras una palabrahermosa,
tal vez una frase completa.
Algo así como:
"Nada que ver con el amor" o
"Yo soy la única que miente"
Llegabas a mi encuentro enmudeciendo los pasillos
y eras tan amable...Que mepermitías leerte,
transcribirte. Recitarte entre las noches de mis dedos.
Eras tan nutritiva como un cuento
y en ocasiones armoniosa
como verso de colegiala.
Pero yo era como la "H" del hueso
o la "P" dePsicología.
Yo era en tí esa palabra
que no hace historia,
la mal escrita; si a caso un garabato
que borraste al pasar en limpio
el recuento de tus días.
Días, como el último en que volviste...