INGLES

El conejo tramposo
CUENTO CORA
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ANDABA UNA VEZ EL CONEJITO. SE ENCONTRÓ a la cucarachita.
—Oye, viejo, ¿por aquí andas?
—Sí, conejo.
—Cucarachita, te vendo un maicito que tengo.
—Ei, ¿cuánto es?
—Una troje.
—¿A cómo lo das?
—A veinticinco.
—Sí, me conviene, eso es lo que ando buscando, por eso vine por acá.
—Te espero mañana en la mañanita por la casa.
—Bueno.
Lacucarachita pagó y el conejo comenzó a beber. Al rato:
—¡Quihúbole, gallito!
—¡Quihúbole, conejito!
—¿Qué haciendo?
—Aquí, vendiendo un maicito. ¿Quieres?
—Sí.
—Pues vente a traerlo cuando ya esté un poquito arriba el sol.
Le cobró y siguió tomado. Con el dinero que le dio el gallo, hasta contrató unos músicos; lo andaba siguiendo la música. Contento estaba.
—Zorrito —saludó cuando se lo encontró—,préstame dinero, porque ya no traigo. Si quieres, te pago con maíz que tengo allá en la casa. Llégate como a eso de la media mañana para que lo traigas.
—Bueno.
También le vendió el maíz —el mismo— al coyote y al león. Quedaron que pasarían a traerlo como al mediodía y en la tardecita. Ya estaba bien borracho cuan
o se encontró al cazador.
—A ti mero es a quien estaba buscando. Fíjate que pormi casa anda un león haciendo destrozos. ¿Por qué no vas a tirarle con tu rifle?
—¿A qué horas?
—Cuando vaya bajando un poquito el sol, de tardecita.
Así quedó con todos.
Al día siguiente, tempranito, se presentó la cucarachita a recoger su maíz.
—Pásate —le dijo—. Siéntate mientras te preparo tu maíz. Y estuvo plática y plática, entreteniéndola hasta que vio venir al gallo.
—Cucarachita,ahí viene el gallo; no vaya a comerte, métete en ese rincón mientras se va, escóndete.
La cucarachita corrió a esconderse. Entró el gallo.
—Pásale, descansa mientras voy a traerte el maíz.
—Gracias.

Le platicó un rato; luego le preguntó.
—Oye, ¿ya desayunaste?
—Todavía no.
—Si te apetece, allí en el rincón hay una cucarachita.
Y el gallo se la comió. Todavía se la estaba saboreando cuandoel conejo le advirtió:
—Gallito, gallito, ahí viene el zorro. Si te ve, te va a querer comer.
—¿Qué hago, dónde me escondo?
—Métete debajo de ese canasto, con ese mismo te tapas.
El gallito se escondió, allí estaba metido, sin hacer ruido.
Llegó el zorro.
—Buenos días, descansa, aquí está una silla.
Platicó un ratito; el conejo le dijo que iba por el maíz y agarró su costal.
—Mientras, site quieres almorzar un gallito, debajo del canasto hay uno.
—¡Cómo no!
Ni tiempo de aletear tuvo el pobre gallo, se lo comió de un bocado.
—¿Está sabroso?
—Bien sabroso, bien gordo.
¡Cómo no, si apenas se había comido a una cucarachita!
Siguieron platicando:
—Qué bueno que te lo comiste, ya me tenía fastidiado, temprano me despertaba todos los días, todos los días.
Y así le decía y decíapara entretenerlo. Vio venir por el camino al coyote.
—Oye, zorro, se me hace que te andan buscando.
—¿A mí?
—Sí, ahí viene el coyote.
—¡De veras! ¿Dónde podré esconderme?
—Súbete al tapanco y allí estate. Cuando se vaya, yo te aviso y te doy tu maicito.
—Bueno.
Llegó hasta el rancho el coyote. Tenía calor. Se sentó en la sombra a descansar. Al rato, el conejo le ofreció:
—Coyote, ¿noquieres comerte un zorro? A mí me perjudica bastante las gallinas. Si tú quieres...
—Luego, luego.
—Pues entra, allí está, arriba del tapanco.
Se lo comió.
—¿Estaba sabroso?
—¡Bien gordo!
Se pusieron plática y plática y que ven al león.
—Ah caramba, ¿a ti te anda buscando?
—No, qué va; si me encuentra, seguro que me come. ¡Conejito, escóndeme!
—Métete a la casa, yo lo atajo aquí afuera. Y encuanto se vaya, voy a traerte tu maíz.
—Está bueno.
Muy amable, el conejo recibió al león:
—Vengo a lo del maíz que te pagué ayer.
—Sí, cómo no. Siéntate, hace calor.
Se pusieron a contar de la borrachera del día anterior. Le preguntó:
—Oye, ¿no tienes hambre?
—Sí.
—¿Quieres comerte un coyote? Pasa dentro de la casa.
Entró y de un solo brinco lo pepenó.
—Ahora descansa. Más al rato...