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El venezolano Francisco de Miranda fue el precursor de la integración latinoamericana, cuando en 1790 presentó un plan para agrupar a la América española en una confederación. Otro venezolano, el Libertador Simón Bolívar retomó su ideario. Exiliado en Kingston, Jamaica, el 6 de septiembre de 1815 escribió una carta que iba a resultar profética: “Es una idea grandiosapretender formar de todo el Nuevo Mundo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo […] Seguramente es la unión la que nos falta para completar la obra de nuestra regeneración […]”.
Mas era indispensable conseguir la independencia. El 9 de diciembre de 1824 las fuerzas bolivarianas asestaron un golpe definitivo a los españoles en Ayacucho, Perú; de suimperio americano España solo podría conservar las colonias de Cuba y Puerto Rico. Dos años después Bolívar organizó el Congreso Anfictiónico de Panamá, para impulsar una Confederación de Repúblicas de la América hispana y contribuir a la independencia de cubanos y puertorriqueños.
Durante la década de 1830 el espíritu bolivariano se extendió, a pesar de la política de las potencias de la época porestimular las contradicciones internas y entre las jóvenes naciones, y del anuncio en 1823 de la Doctrina Monroe por Estados Unidos, que estableció como principio para su política exterior “América para los americanos”. Varios proyectos integracionistas se intentaron formar, pero ninguno pasó la prueba del tiempo: Proyecto de la Federación centroamericana (1830), Convocatoria de México (1831),Confederación Perú-Bolivia (1836), El Congreso de Lima (1847), El Congreso de Santiago de Chile (1856) y El Segundo Congreso de Lima (1864).
La gran pesadilla (1891-1945)
Hacia fines del siglo XIX Estados Unidos estaba preparado para expandirse y como primer paso trabajó para erigirse en “árbitro de las relaciones interamericanas”. Para ello presentó un nuevo proyecto, de carácter hegemónico: ElPanamericanismo, que socavaba las bases del ideario integracionista bolivariano. En Washington se organizó la Primera Conferencia Internacional de Estados Americanos (1889-1890) y la Conferencia Monetaria Internacional Americana (1891), para intentar imponerles a los gobiernos latinoamericanos una Unión Aduanera y un plan para el arbitraje obligatorio de todas las disputas territoriales que sepresentaran entre los estados del continente, e instaurar una moneda común que les permitiría primar en las relaciones de comercio y en la circulación monetaria regional. Y aunque fracasaron en los dos intentos, crearon la Unión Internacional de Estados Americanos, con sede permanente en la capital estadounidense.
“La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorabledecreto del destino. Unámonos y seremos invencibles”
Ambos eventos fueron presenciados por José Martí, el Apóstol de la independencia de Cuba, quien alertó sobre el riesgo que corría la región frente a los afanes de dominación del emergente imperio norteamericano: “¿Pueden los Estados Unidos convidar a Hispanoamérica a una unión sincera y útil para Hispanoamérica? ¿Conviene a Hispanoamérica launión política y económica con los Estados Unidos?”, fueron dos de las preguntas con que invitó a reflexionar a los delegados latinoamericanos sobre los peligros que advertía.
Pero los intereses de Washington se impusieron y a partir de la Segunda Guerra Mundial se fortaleció el Panamericanismo mediante la creación en 1942 de la Junta Interamericana de Defensa, en 1947 del TratadoInteramericano de Asistencia Recíproca y en 1948 de la Organización de Estados Americanos (OEA). En la práctica durante casi un siglo —desde el Segundo Congreso de Lima en 1864 hasta el triunfo de la Revolución Cubana en 1959— la política injerencista estadounidense impidió que pudiera avanzar la integración latinoamericana.
Nuevo amanecer (1959-2008)
Una nueva etapa en el proceso de unidad e...
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