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Sus políticas de gobierno tuvierondiversos efectos sobre la vida cultural, política y económica del país. Sin establecer un gobierno centralizado, participaba casi en todas las decisiones que tenían que tomarse, dirigiendo casi personalmente cada una de las actividades de su gobierno.[25] Alejó a los militares (con excepción de sí mismo, por supuesto) de la administración civil, y fue por ello su gabinete minoritariamentecastrense. Los sueldos para los funcionarios de gobierno y para los militares fueron sumamente bajos, en comparación con épocas anteriores, lo cual ahuyentó significativamente a los militares interesados en participar del gobierno.[29] [30] Sin embargo, siempre prefirió estar cercano a la protección militar, por lo cual trasladó el despacho presidencial y su residencia familiar a la entonces Escuela Normalde Varones, junto al Cuartel El Zapote.[31]
Billetes de cinco colones emitidos por el Banco Central de Reserva, institución creada por el general Hernández Martínez.
El 23 de febrero de 1932 el Estado salvadoreño fue declarado en mora, especificando a los acreedores de la deuda externa que no pagaría los empréstitos si no se le ablandaban los intereses y se le alargaba el plazo. La deudaneta, es decir sin intereses, quedó cancelada en su totalidad en 1938, aunque los intereses se acabaron pagando hasta 1960.[32] Una vez pagada la deuda propuso, mediante una placa conmemorativa colocada en la Asamblea Legislativa, la política de no adquisición de empréstitos internacionales en el futuro. Pese a dicha iniciativa, igualmente adquirió préstamos para la construcción de la CarreteraPanamericana.[5] Por otro lado, el 12 de marzo de 1932 decretó la Ley Moratoria, mediante la cual redujo los intereses de los deudores que estaban a punto de caer en bancarrota. Además, con el objetivo de estabilizar el valor del colón, creó el Banco Central de Reserva de El Salvador en 1934, indemnizando a los bancos privados para que dejasen de emitir dinero.[33] [7]
En cuanto a políticasreferentes directamente a la población, siempre predominaron sus costumbres teosóficas. Por ejemplo, cuando se desató una peste de viruela, ésta fue tratada por el presidente forrando con papel azul las lámparas de las plazas, esperando que los médicos invisibles salvasen a los que estaban destinados a vivir.[14] Entre otras cosas, estableció que todo aquel que pidiese educación debía ser considerado...
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