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La violencia no es una conducta, ni una emoción, ni una respuesta simple, ni siquiera una forma de actuar, de pensar o de sentir. La violencia es más que una conducta. Según la OMS, "la violencia consiste en el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tengamuchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones".3
La violencia ha influido en el cambio del estado de salud a lo largo del siglo XX debido a su alta frecuencia en el mundo, la que cobra importancia por la creciente amenaza al bienestar familiar, la cohesión de la comunidad y la capacidad de las sociedades para alcanzar progresos.La incidencia de este fenómeno se pone de manifiesto en ambos sexos, pero se enfatiza específicamente en la mujer.4
Nelson Mandela en la presentación del documento "Violencia y salud en el siglo XX", dirigido por la OMS (Krug, 2002), afirma que el siglo XX se recordará como un siglo marcado por la violencia, y agrega, "las dimensiones de la violencia ejercida en el siglo XX alcanzan desde laintimidad de la familia a las relaciones internacionales", lo que hace de este fenómeno algo más que un problema de naturaleza ética o jurídica, y debemos contemplarlo con otra mentalidad para que su tratamiento en el siglo XXI sea más exitoso.3
En América Latina, según encuestas recogidas por la OPS durante 2001, en el área metropolitana de Santiago de Chile el 50,3 % de las mujeres habíanvivido alguna vez situaciones de violencia en la relación de pareja, mientras que en Bolivia (1997-1998) el 25 % reportó haber sido víctima de violencia psicológica y el 13,9 % de violencia física con amenaza para su vida. Los datos nacionales extraídos de las encuestas demográficas y de salud señalan que el porcentaje de mujeres que fueron víctimas de violencia física, por parte del cónyuge o deotra persona, alcanza 41,10 % en Colombia (2000), el 27,3 % en Haití (2000), el 28,7 % en Nicaragua (1997-1998) y el 41,2 % en Perú (2000).4 La violencia hoy ya no es solamente un problema moral o ético, que lo es, ni siquiera penal o jurídico, sino que se está convirtiendo en un problema de salud pública, en un elemento de consecuencias comparables con las epidemias de naturaleza infecciosa o conlos sucesos naturales devastadores.3
La violencia, además de menoscabar la salud y el bienestar de millones de personas, cuesta cada año a los estados grandes sumas de dinero en atención sanitaria, procesos judiciales, ausentismo laboral y pérdida de la productividad. Particularmente para el sector salud, la violencia de género tiene implicaciones importantes en términos de demandas deservicios. Según los datos de las encuestas demográficas, la proporción de mujeres que concurrieron a un centro de salud o a una consulta médica por lesiones provocadas por la violencia física alcanzó al 27,4 % en Colombia, el 13,3 % en Nicaragua y el 19,4 % en Perú.4 La conducta violenta es un gravísimo problema de salud pública, que además de ser un factor de riesgo de muchas enfermedades y...
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