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Capítulo 5: Gritos en la noche
Yo estaba dormido, pero mi cabeza estaba llena de fotos e historias. Estaba soñando con contrabajos y un violinista y fiestas en la playa. Simonestaba en mi sueño. Nuestro conductor estaba en éste. Así era/estaba mi viejo profesor, tocando un contrabajo en la arena. Entonces escuché un sonido diferente. Alguien estabagritando. No, fue peor que eso. Alguien estaba gritando, gritando en voz muy alta. Abrí los ojos. Me desperté. Eran las cinco de la mañana.
Alguien gritó de nuevo, y de nuevo, yde nuevo. Esta vez no estaba soñando.
Me levanté de la cama. Me puse una camiseta y algún jeans y salí de mi habitación. Las puertas se abrían a la izquierda y la derecha.Adriana salió de su habitación. Ella corrió hacia mí, estaba media dormida y todavía en camisón. -‘¿Qué es?’ -preguntó medio dormida, -¿Qué está pasando?’.
-‘No sé’- le contesté.Martin Audley (trompetista) se acercó a nosotros.
-‘¿Quién gritó?’ - preguntó.
-‘Nadie sabe’- le dije. -‘ Pero suena terrible’.
Hubo otro grito. Llegó desde el exterior.
Nosencontramos de nuevo en mi habitación y miró por la ventana, hacia la calle. Había un auto de policía allí, algunas personas, más y más gente. Y algo más.
-Vamos- le dije.Tenemos el ascensor hasta la planta baja. Cuando se detuvo nos quedamos fuera del hotel y la empujó hacia el frente de todas las personas.
Marilyn Whittle, el arpista, ya estabaallí. Su rostro estaba pálido y sus ojos eran grandes y redondos.
-¡Mira! ¡Mira! – dijo. Ella estaba apuntando en frente de ella. Ella volvió a gritar.
Nos miramos. Estabaapuntando a la persona a sus pies. Fue Frank Shepherd(pastor). Tenía la boca abierta. Había sangre por toda su cabeza.
Martin habló primero. "¡Dios mío! '- Dijo. "¡Está muerto!"