INICIACIÓN CRISTIANA católicos

LA INICIACION CRISTIANA EN EL RITUAL DE LA INICIACIÓN CRISTIANA DE ADULTOS, EL DIRECTORIO GENERAL PARA LA CATEQUESIS, EL DOCUMENTO CONCLUSIVO DE APARECIDA Y EL CONCILIO PLENARIO DE VENEZUELA




1. Hace ya algún tiempo que en nuestra catequesis hablamos de “Los sacramentos de la Iniciación Cristiana” (IC). Pero quizás hemos reparado menos en el concepto de “Iniciación” que en el de“sacramento” y hemos identificado la “iniciación cristiana” con la “recepción” ritual o convencional de los sacramentos, principalmente por parte de los niños, precedida de una breve instrucción catequística.

2. No se trata, pues, solamente de un problema de lenguaje. Hablar de “iniciación cristiana” es tocar el meollo de la fe cristiana, ante todo del proceso formativo – espiritual mediante el cualuna persona llega a ser un cristiano adulto o cristiana adulta o maduro – madura, es decir, un miembro de la Iglesia consciente de su pertenencia a la comunidad cristiana, comprometido con Jesucristo, su Evangelio y su consiguiente crecimiento espiritual, individual y comunitario, con una decidida orientación hacia el compromiso en la gestación de una nueva sociedad.

3. Antes de entrar en elanálisis de la IC como nos la presentan cuatro fuentes, el RICA, el DGC, el DA y el CPV, me parece que es necesario plantear, aunque sea a grandes rasgos, el problema que está detrás de la IC y, por otra parte, establecer rigurosamente la naturaleza, el ámbito y las consecuencias de la misma.


1. EL PROBLEMA O LA DEBILIDAD DEL CRISTIANISMO LATINOAMERICANO

1.1 Diversos diagnósticos recientessobre nuestro catolicismo latinoamericano(1) concluyen que es débil y heterogéneo, constituido en gran parte por la devoción a los santos, sin que esa devoción lleve a un encuentro personal con Cristo vivo, y sin que ella implique necesariamente la conversión, el cambio de vida. Es una práctica religiosa devocional compensatoria de profundos anhelos inalcanzados, no transformadora de laspersonas.


1.2 Lo dicho se hace patente en el dato totalmente comprobable de la enorme desproporción que hay entre el número de bautizados y el número de convertidos. Hay más bautizados y personas que han hecho la Primera Comunión que verdaderos creyentes. Muchos de ellos, por no haber recibido el primer anuncio misionero (kerigma), creen más en la Virgen María y en los Santos que en Jesucristo.Además, la mayoría de los bautizados y confirmados no se integran a la vida de la comunidad cristiana. Hay, en fin, otros bautizados totalmente alejados tanto de la comunidad cristiana como de la vida religiosa o que se han pasado a grupos no católicos o pseudoreligiosos.

1.3 Ya la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano, de la que acabamos de celebrar los cuarenta años, advertía la necesidadde una “re- evangelización de los adultos”. Decía: «Por el hecho de que sean bautizados los niños pequeños, confiando en la fe de la familia, ya se hace necesaria una «evangelización de los bautizados», como una etapa de la educación de su fe. Y esta necesidad es más urgente, teniendo en cuenta la desintegración que en muchas zonas ha sufrido la familia, la ignorancia religiosa de los adultos yla escasez de comunidades cristianas de base».
Dicha evangelización de los bautizados tiene un objeto concreto: llevarlos a un compromiso personal con Cristo, a una entrega consciente en la obediencia de la fe. De ahí la importancia de una revisión de la pastoral de la confirmación, así como nuevas formas de un catecumenado en la catequesis de adultos, insistiendo en la preparación para lossacramentos. También debemos revisar todo aquello que en nuestra vida o en nuestras instituciones pueda ser un obstáculo para la «re-evangelización» de los adultos, purificando así el rostro de la Iglesia ante el mundo”(2).
1.4 Casi un cuarto de siglo más tarde, la IV Conferencia Episcopal Latinoamericana, reunida en Santo Domingo (1992), expuso el problema como “la situación generalizada de...