Iniciaci N Al Vocabulario Hist Rico Pierre Vilar
Bacerlona. Pàgs.: 17-47 [1980]
H ISTO RIA
Los
D IVERSO S CO NTENIDO S D EL TÉRM IN O «H I ST O R I A »
Quizás el peligro más grave, en la utilización del término
«h istoria», sea el de su doble contenido: «h istoria» designa
a la vez el conocimiento de una m ateria y la m ateria de este
conocimiento.
Cuandodecimos «h istoria de Fran cia», la entendemos
como el conjunto de hechos pasados referentes al grupo hu!
mano organizado que lleva actualmente este nombre; pero
también entendemos por tal nuestros manuales escolares co!
rrientes. Dado que el pasado es pasado, es decir, no renovable
-por definición, se confunde para nosotros con lo que nos ha
sido transmitido. El conocimiento se confunde, así, con lamateria.
Asi, cuando algmen escribe, como en la fábula: «Ld his!
toria nos en señ a...»y se expresa como si el pasado hablara
por sí mismo. De hecho, invoca una tradición.
Sin embargo, la historia así entendida es una construcción
de los que la han escrito en un grado mucho mayor a aquel
en que la física es una construcción de los físicos, puesto que
toda afirmación de éstos puede experimentarse,mientras que
en historia, en el mejor de los casos — cuando existe «docu!
mentación»— , se puede verificar un hecho, no una interpre!
tación. «La historia no se repite». El físico puede decir, en
presente condicional: «si hiciera esto, sucedería aquello», y
puede verificar de inmediato la validez de su hipótesis. Por
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IN ICIACIÓ N A L VO CABULARIO
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el contrario, si elhistoriador dice (en pasado condicional):
«si se hubiera hecho esto, hubiera sucedido aquello», nada
le permite probarlo. Como norma general se le aconseja abs!
tenerse de ello.
Pero, entonces, ¿no está condenado a constatar} ¿Tiene,
pues, prohibido razonar} Esta cuestión le preocupa legítima!
mente, puesto que constatar no es un oficio enaltecedor, mien!
tras que sí lo es el de entender, explicar, con elfin de poder
actuar. El problema se plantea, pues, en estos términos: ¿de
qué manera razonar sobre una materia en la que no se puede
intervenir experim entalm ente} Falta por saber a qué llama!
mos «in terven ir», a qué llamamos «experiencia», y cuál es
esta materia.
Para abordar este problema, reflexionemos sobre otra
fórmula familiar: «la historia ju zgar á...», se oye a menudo.
Dejemos aparteel caso en el que se trata tan sólo del
aldabonazo final de un cartel electoral. Por otra parte, inclu!
so así, el prestigio equívoco del término «h istoria» incita a
algunas reflexiones, Pero enfrentémonos con un documento
importante de nuestro tiempo: Fidel Castro tituló la defensa
que él mismo pronunció ante el tribunal encargado de juz!
garle por el intento de asalto al cuartel Moneada: «Lahis!
toria me absolverá». A primera vista, este título parece adop!
tar el sentido clásico, es decir, banal, de la fórmula que da
a la historia el papel de tribunal de apelación en asuntos polí!
ticos. Pero, pensándolo bien, incluso este sentido puede im!
plicar otros contenidos.
En efecto, «la historia me absolverá» puede significar en
primer término; el tribunal va a condenarme, pero el recuer!
docolectivo que se conservará del hecho acabará siéndome
favorable. Y esta noción de «recuerdo colectivo» es otro as!
pecto del término «h istoria». Sin embargo, cae dentro de la
misma crítica que hemos dirigido a la historia-tradición. El
juicio m oral del recuerdo colectivo corre el riesgo de no ser
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en la realidad más que el de la historiografía dominante. Aho!
ra bien, todojuicio moral tiene a su vez implicaciones polí!
ticas, que surgen a su vez de las luchas concretas, en especial
de las luchas de clases. Por ello, la mayor parte de las accio!
nes y de los hombres que han desempeñado un papel impor!
tante han originado dos corrientes históricas opuestas, ad!
versa una y favorable la otra, Y no debe excluirse que una
causa triunfante llegue a eliminar toda la...
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