Injusticia

Esto sucedió en el año 1984, días en que “Los Abuelos de la Nada”, el pool, los juegos electrónicos eran el marco social, de quienes teníamos 15 o 16 años.
Las malas costumbres del último gobierno,estaban a la orden del día, reinaba la intolerancia.
Corría el mes de Mayo, decidí abandonar la escuela, me había cansado de uniformes, reglamentos, imposiciones y oídos sordos. Mi madre insistiópara que vuelva a clases, no sirvió de nada la decisión ya era un hecho.
Apenas tenía 16 años, necesitaba limites, pero no los que me imponía la sociedad, deambule por la ciudad-algo tenía que hacer-busque trabajo, no me tenían en cuenta aun era muy joven y no sabía hacer nada, solo protestar y quejarme del mundo, así fue como me sume a todo tipo de manifestación, marché con “Las Madres de Plaza deMayo” que reclamaban por sus hijos desaparecidos durante la dictadura militar, pasaba horas en la intersección de Lavalle y Florida escuchando debates callejeros acerca del país, del pasado y delfuturo, nadie decía nada del presente, cuando ya no daba más de política, bajaba por Lavalle hasta chocar con el obelisco, allí tomaba mate cocido con los chicos de Malvinas que solo tenían un par deaños más que yo, ya me conocían me habían adoptado, hasta tenía una campera verde para no desentonar. Alrededor de las 20hs regresaba a casa, en el Roca que todavía funciona-pero ese no es el asunto-lleve esta vida durante varias semanas. Una tarde de vuelta a casa, siempre en tren, encuentro a un amigo de mi hermano, ahora que lo recuerdo este pibe “Alejandro” estuvo siempre viendo que hacía yo demi vida, cuando le conté mi presente se indigno, no podía creer ni entender, no me reto, me conocía, sabía que era un chico difícil, el viaje duró más de lo habitual, me convenció de volver a estudiar,había un colegio en San Vicente en donde aceptaban repetidores y chicos rebeldes, sin hacer preguntas ni poner trabas.
Ya estaba cansado de andar en la calle, necesitaba estar con chicos de mi...