Inmaculada concepcion
Se conocen cerca de veinte cuadros de Murillo con el tema de la Inmaculada, cifra solo superada por José Antolínez y que ha hecho que se le tenga por el pintor de las Inmaculadas, una iconografía de la que no es el inventor pero que renovó en Sevilla, donde la devoción se hallaba profundamente arraigada.
Inmaculada Concepción de ElEscorial, hacia 1660-1665, óleo sobre lienzo, 206 x 144 cm, Madrid, Museo del Prado.
La más primitiva de las conocidas es probablemente la llamada Concepción Grande (Sevilla, Museo de Bellas Artes), pintada para la iglesia de los franciscanos de Sevilla, donde se situaba sobre el arco de la capilla mayor, a gran altura, lo que permite explicar la corpulencia de su figura. Por su técnica puede llevarsea una fecha cercana a 1650, cuando se reconstruyó el crucero de la iglesia tras sufrir un hundimiento. Ya en esta primera aproximación al tema Murillo rompió decididamente con el estatismo de las Inmaculadas sevillanas, atentas siempre a los modelos de Pacheco y de Zurbarán, dotándola de gran dinamismo y sentido ascensional mediante el movimiento de la capa, influido posiblemente por la Inmaculadade Ribera para las agustinas descalzas de Salamanca, que pudo conocer por algún grabado. La Virgen viste túnica blanca y manto azul, conforme a la visión de la portuguesa Beatriz de Silva recordada por Pacheco en sus instrucciones iconográficas, pero Murillo prescindió por entero de los restantes atributos marianos que con carácter didáctico abundaban en las representaciones anteriores, y de latradicional iconografía de la mujer apocalíptica dejó sólo la luna llena bajo sus pies y el «vestido de sol», entendido como el fondo atmosférico de color ambarino sobre el que se recorta la silueta de la Virgen. Sobre una peana de nubes sostenida por cuatro angelotes niños y reducido el paisaje a una breve franja brumosa, la sola imagen de María bastaba a Murillo para explicar su concepcióninmaculada.41 55
La segunda aproximación de Murillo al tema inmaculista está relacionada también con los franciscanos, los grandes defensores del misterio, y es en rigor un retrato, el de fray Juan de Quirós, que en 1651 publicó en dos tomos Glorias de María. El cuadro, de grandes dimensiones y actualmente en el Palacio Arzobispal de Sevilla, fue encargado en 1652 a Murillo por la Hermandad de la VeraCruz que tenía su sede en el convento de San Francisco. El fraile aparece retratado ante una imagen de la Inmaculada, acompañada por ángeles portadores de los símbolos de las letanías, interrumpiendo la escritura para mirar al espectador y sentado frente a una mesa en la que reposan los dos gruesos volúmenes que escribió en honor de María. El respaldo del sillón frailuno, superpuesto al bordedorado que enmarca la imagen, permite apreciar sutilmente que el retratado se encuentra ante un cuadro y no en presencia real de la Inmaculada, cuadro dentro del cuadro enmarcado por columnas y festones con guirnaldas. El modelo de la Virgen, con las manos cruzadas sobre el pecho y la vista elevada, es ya el que el pintor va a recrear, sin repetirse nunca, en sus muy numerosas versiones posteriores.56Inmaculada Concepción de los Venerables o Inmaculada Soult, hacia 1678, óleo sobre lienzo, 274 x 190 cm, Madrid, Museo del Prado.
En la Inmaculada pintada para la iglesia de Santa María la Blanca, a la que ya se ha hecho mención, también incluyó retratos de devotos del misterio. Torre Farfán identificó entre ellos al párroco, Domingo Velázquez, quien pudo sugerirle al pintor el complejocontenido teológico del lienzo y de su pareja, el Triunfo de la Eucaristía, enlazados por los textos inscritos en las filacterias dibujadas en ellos: «IN PRINCIPIO DILEXIT EAM» (En el principio [Dios] la amó), con la imagen de la Inmaculada, texto formando con las primeras palabras del Génesis y un versículo del Libro de la Sabiduría (VIII, 3), e «IN FINEM DILEXIT EOS, Joan Cap. XIII», con la...
Regístrate para leer el documento completo.