Inquisición

PRÓLOGO
El espacio a su alrededor estaba húmedo y oscuro.
Él sabía la razón por la cual estaba en ese lugar. Ese horrible momento en el que pasó todo.
Un crimen tan grave era sancionadoseveramente en Grinoville.
Dimitri se sentía arrepentido desde el primer segundo transcurrido después del “incidente”, pero el arrepentimiento no le serviría para nada, o al menos ya no. Era el día de suejecución. Dimitri no estaba listo para eso, él quería vivir.
Disfrutar la vida, sus colores, sus olores, las texturas de las cosas o simplemente sus sabores.
Un chirrido metálico rompió el silencio yla puerta se abrió dejando entrar un haz de luz proveniente de un foco. El verdugo entró en la habitación y tomó la muñeca de Dimitri para encaminarlo hacia el último lugar en donde vería la luz.Caminaron por un pasillo interminable de color gris demacrado con luces de emergencia en las paredes. Cuando llegaron al final se infiltraron por una puerta blindada y el resplandor de la luz del solprovocó que a Dimitri le dolieran los ojos.
El mundo ya no era tan bárbaro como decían que antes lo era, pero en ocasiones el pueblo se juntaba como en los viejos tiempos para observar una ejecución.El verdugo le colocó una cuerda alrededor de sus muñecas y los pies para atarlo a un tronco que había en la plaza Frimma. La mayoría del pueblo ya estaba ahí. Y tan sólo pensar que en ese lugar habíapasado tantos momentos extraordinarios con personas igualmente extraordinarias.
El pueblo observaba en silencio desde sus lugares esperando el momento en el que la luz escapara de los ojos deDimitri.
Él deseaba que alguien saliera en su defensa, aunque claro está, nadie lo haría. Él no merecía menos de lo que estaba recibiendo y no sería justo que no aplicaran las reglas hacia su persona.Dimitri no se había percatado de que el general Erick estaba en el estrado leyendo el código de comportamiento y recalcando las reglas que él había incumplido.
— ­… llegado el momento, daremos...