Inscripciones Latinas
necesidad de su ampliación, cincuenta años después, «Signo. Revista de Historia de la
Cultura Escrita» 15 (2005) I.S.S.N. 1134-1165, Universidad de Alcalá, pp. 47-76.
E L CONCEPTO DE E PIGRAFÍA. C ONSIDERACIONES
SOBRE LA NECESIDAD DE SU AMPLIACIÓN,
CINCUENTA AÑOS DESPUÉS
MANUEL RAMÍREZ SÁNCHEZUNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANAR IA
1. INTRODUCCIÓN1
Cuando el Catedrático de Epigrafía y Numismática de la Universidad
de Madrid, Joaquín Mª de Navascués y de Juan, pronunció su discurso de
ingreso en la Real Academia de la Historia, España vivía los difíciles años de
la autarquía impuesta por el bloqueo de las Naciones Unidas a la dictadura
franquista. Por aquel tiempo la universidadespañola estaba encerrada sobre sí
misma, una situación que no cambiaría sustancialmente tras la progresiva
apertura de España al mundo,después de la firma de los acuerdos con los
Estados Unidos y del Concordato con la Santa Sede. Como han señalado
recientemente Gonzalo Peiró e Ignacio Pasamar, el denominado «repliegue
historiográfico interior» que caracterizó la universidad española hasta finalesde los años cincuenta, no propiciaba el intercambio científico con los países de
nuestro entorno ni, mucho menos, el establecimiento de nuevos modelos
teóricos2. Y es precisamente en este contexto tan poco permeable a
1
Este artículo se inscribe en el Proyecto de Investigac ión del Pro grama pr opio de la
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (Ref. UNI2002/07). Agradezco a AntonioCastillo
y a Helena Gimeno sus comentarios y sugerencias, que han enriquecido el artículo. Si quid
erravimus a culpa absunt.
2
Cfr. Ignacio PE I RÓ M A R T Í N y Gonzalo P ASAMAR A LZU RIA , Diccionario Akal de
Historiadores espa ñoles contem poráneos, Madrid 2002, p. 21. La situación era similar en el
CSIC, cfr. Gonza lo P ASAMAR A LZU RIA , Oligarquías y clientelas en el mundo de lainvestiga«Signo. Revista de Historia de la Cultura Escrita» 15 (2005), pp. 47-76. ISSN 1134-1165.
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MANUEL RAMÍREZ, EL CONCEPTO DE EPIGRAFÍA ...
innovaciones teóricas y metodológicas en la universidad española en el que hay
que situar el discurso que Navascués pronunciara en la Real Academia de la
Historia en su recepción pública, tres años después de que fuese designado por
el Cuerpo Literariopara ocupar la vacante dejada por Álvaro de Figueroa y
Torres, Conde de Romanones, fallecido en 1950.
Conforme a la costumbre, el historiador navarro pronunció un discurso
que fue contestado por su maestro, Manuel Gómez Moreno-Martínez (18701970), uno de los académicos que había propuesto su nombramiento a la
institución. El tema escogido por Navascués no podía estar más acorde con suvocación investigadora y con uno de los principales asuntos que había
interesado a la Academia desde su creación, en el siglo XVIII. En efecto,
Joaquín Mª de Navascués había obtenido el grado de Doctor en la Universidad
de Madrid en 1948 con un trabajo de investigación sobre las inscripciones
cristianas de Mérida, en el que analizaba un conjunto de epígrafes que habían
sido estudiados por otrosautores (Hübner, Fita y Vives), ya que, como el
propio Navascués advierte, al referirse a su método de investigación, no se
mostraba satisfecho con “el principio de autoridad no explicado en materias
científicas”3.
El discurso de Navascués, que analizaremos in extenso en este artículo
no fue un trabajo presentado por un recién llegado. Cuando Navascués lo
redacta cuenta con cincuenta años deedad y posee varias publicaciones tras de
sí --entre las que no se encuentra su Tesis, que nunca llegó a publicar--, en las
que se vislumbra su interés por la Epigrafía latina de la Hispania romana y
visigoda4. Además, desde que Navascués ingresa en el Cuerpo de Archivos,
ción científica: el Consejo Superior en la Universidad d e posguerra , en La Universidad
españo la bajo el régimen de...
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