Insomnia
Ciudad que duda de su clasificación como ciudad. No hubo plano que respetase por mucho tiempo: reniega del centro y de los límites, todo se expande o se retrae. Estos movimientos,que recuerdan a los eructos de lava de algún volcán malhablado, respetan sólo dos consignas: la curiosidad y el descontento de sus habitantes. Se conoce un único factor que puede unir a estos hombres:el deleite por los sonidos vibrantes. Se dice que en sus inicios, como si hubiese habido uno, la ciudad fue instalada en un llano sin árboles y con la visita de un par de gotas de lluvia por año. Perono resultó: la falta de obstáculos en un espacio abierto e interminable obraba en contra de alguna ley física que hace que los ruidos vuelvan. Probaron situarse en las alturas de un cerro escarposo,aunque la empresa no rindió frutos: los fuertes vientos conseguían acallar los repiqueteos de cualquier sonido. Por el momento, Ilismenia se encuentra en un páramo cercano a un río sin nombre, pero yapronto se retirará de allí con todas sus huellas. No es propio de una comunidad disconforme el anclarse.
De todos modos, ciertas cosas los han acompañado en esos pasos de nómades: si el sonidotiene que vibrar en las fibras del cuerpo, el material de construcción predilecto será el metal. Cualquier tipo de metal, siempre y cuando al entrar en contacto con la energía estática o el golpe de unpalo haga sentir su presencia.
Las callecitas rectas y los bares itinerantes pintan de gris las mañanas de trabajo. No resuena el murmullo de gente parloteadora; nadie se atreve a hablar mientrascamina. Sus sentidos se concentran como hilos, todos juntos esperando el momento en que resuene el mejor de los sonidos. Para un cultura auditiva, la memoria sólo puede ser activada por medio detímpanos y mentes alertas. Los monumentos de las plazas no son más que los instrumentos felices en Ilismenia, unión de distintas varas y una ínfima batuta. Quien quiera hacer vivir el recuerdo de un hecho...
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