Instiitutio Oratoria VI,377, Quintiliano
Nos encontramos ante un breve fragmento de texto. Se trata de un texto histórico literario ya que forma parte de un tratado de retórica para la instrucción de los jóvenes conocido como Institutio Oratoria.
La obra fue compuesta aproximadamente entre los años 93 y 96 d.c. por el retórico y pedagogo hispanorromano MarcoFabio Quintiliano. Éste nació en Calagurris Nassica, actual Calahorra en la provincia Tarraconense hispanorromana hacia el año 39 d.c. Sus primeros estudios los cursó en Roma, regresando a Hispania en el año 61 al ser nombrado Galba gobernador de la Tarraconense por Nerón. Una vez fallecido éste volvió a Roma en el año 68 cuando Galba fue proclamado ahora emperador. Sería allí donde desarrollaría unaimportante carrera como abogado y profesor de retórica (entre sus pupilos más ilustres podemos destacar a Plinio el Joven). Al retirarse de la enseñanza tras más de veinte años dedicado a ella sería cuando Quintiliano redactara este auténtico manual de formación a la oratoria en doce volúmenes. La obra quizá fue publicada antes de la muerte del emperador Domiciano en el año 96, a quien elogia enel décimo libro, lo mismo que había hecho con Cicerón, a quien consideraba la verdadera encarnación de la elocuencia.
Los dos primeros volúmenes de Institutio Oratoria tratan sobre la educación elemental y sus métodos para la iniciación en el campo de la retórica. Los nueve libros siguientes estarán dedicados a las técnicas de la oratoria, mientras que el libro décimo, el más conocido quizá,aconsejaría la lectura como componente esencial en la formación de un orador. Los dos últimos volúmenes presentan el conjunto de cualidades que debía reunir el orador tanto como ser humano como hombre público.
El sexto libro, el que nos interesa para la realización de nuestro comentario, es el que explica la doctrina de la inventio. En él Quintiliano dedica un capítulo a la risa (VI, 3. 77). Éstecuenta como los habitantes de la antigua Tarraco (Tarragona) decidieron levantar un altar dedicado a Augusto tras su estancia en ella entre los años 26 y 24 a.c. Sobre este ara comenzó a brotar, como nos indica el texto, una palma o palmera, por lo que los gobernantes de Tarraco mandaron con gran júbilo y admiración el mensaje a Augusto; sin embargo éste les contestó seca e irónicamente que si habíacrecido una palmera sobre este altar es que quizá no se utilizaba lo suficiente.
Quintiliano, al resaltar únicamente la ironía empleada por el emperador, pasa por alto la importancia simbólica del supuesto milagro, y es que repasando la historia romana, en los días anteriores a la batalla de Munda (año 45 a.c.) la aparición de una palma (árbol sagrado de Apolo, dios protector del propioAugusto) durante la tala de un bosque, por los soldados de César y el rápido brotar de un retoño junto a la misma, sirvieron a éste como símbolo de buen augurio dinástico y en el propio campo de batalla.
Gracias a las fuentes literarias antiguas conocemos que sobre los años 26 y 24 a.c. Augusto se encontraba en Tarraco recuperándose de una enfermedad que le llevó a abandonar el campo de batalla durantelas Guerras Cántabras en el norte peninsular. Será en esta ciudad donde guardó convalecencia y recibió las atenciones del afamado médico Antonio Musa. La elección de Augusto por la elección de esta ciudad vino propiciada por sus excepcionales condiciones climáticas y por la buena situación geográfica de la ciudad para recibir noticias procedentes de Roma y sobre la evolución de las campañascántabro-astures.
Tarraco será el más antiguo asentamiento romano en la Península Ibérica, convirtiéndose en capital de la provincia de Hispania Citerior en el siglo I a.c.
Ésta no había sido la primera visita que había realizado Augusto a Hispania. Tenemos conocimiento de que en la etapa final de la Guerra Civil, hacia el año 45 a.c., Augusto (entonces Octavio) en compañía del que fue su padre...
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