Insulto

No sé en qué momento se nos ocurrió a los seres humanos usar palabras creadas para nombrar diferentes tipos de discapacidad para insultar a otros.

Por razones obvias, a mí me dueleparticularmente oír que otras personas se insultan llamándose mutuamente “sordos”. Y es mucho más habitual de lo que pudiera creerse. En los medios de comunicación, en la calle, en las conversaciones trivialesentre amigos y parientes es muy habitual escuchar decir “¿Acaso estás sordo?” o “¡Eres un sordo!” en un tono de evidente irritación.

Ser sordo es una discapacidad. No se elige ser sordo, simplementese es. Es más, me gustaría matizar en un punto: no se es sordo, se es una persona sorda. Son dos conceptos diferentes. En el primer caso, la discapacidad define al ser humano. En el segundo, la calidadde persona va por delante de la discapacidad.

A sus cortos seis años mi hijo Cristóbal ya ha debido enfrentarse a otros que han intentado insultarlo llamándolo sordo. Como si él hubiese podidoelegir el nivel de audición que tiene. Como si no escondiera el deseo mágico de que sus oídos comenzaran a funcionar bien. Como si no hubiese sido difícil asumir esta realidad. Como si existiese malaintención en no poder discriminar los sonidos con mayor precisión.

Hijo: tal vez me han faltado palabras para decírtelo, pero necesito que sepas que tu discapacidad no te hace un ser inferior niuna peor persona. Es más, soy una convencida de que gracias a que desde muy temprano supiste de frustración y dolor, hoy eres capaz de mirar a quienes te rodean con los ojos del corazón. Es cierto quealgunas tareas te van a resultar más difíciles que a otros, pero dime si acaso no es más gratificante llegar a la meta cuando en ello has tenido que poner el doble de esfuerzo y energía.

No escasual que recuerde con tanta nitidez el momento en que dijiste tu primera palabra (fue “Bam” para nombrar al dinosaurio Barney). No es por nada que amo la forma en que nombras a los personajes de una...