Insurgentes y Realistas
insurgentes y realistas. Enemigos a sangre y fuego. Luchadores irreconciliables. Hijos del rey contra hijos de la nación. Estas son las palabras con las que en gran medidase ha definido e investigado a los protagonistas de la guerra de Independencia en la Nueva España. Esta perspectiva de estudio no ha ayudado y, en algunos casos, no ha permitido identificar einvestigar los proyectos ideológicos comunes, los diseños institucionales similares, las estrategias militares semejantes y las medidas sociales parecidas que alimentaron y guiaron a los insurgentes y a losrealistas. Quién puede dudar de que la diferencia radical entre realistas e insurgentes fue su posición con respecto al dominio español en la Nueva España, entre independencia y su pertenencia comoposesión de la corona española. Sin embargo, en este artículo pongo el énfasis en los proyectos y acciones comunes entre realistas e insurgentes, en particular en los cambios que ambos enemigos llevaron acabo sobre la estructura fiscal de la Nueva España entre 1810 y 1821. Tanto en el campo insurgente como en el realista se impulsaron medidas y se lograron acciones que transformaron uno de los rasgosesenciales del funcionamiento de la Real Hacienda: el privilegio fiscal. Ambos bandos buscaron y lograron establecer la generalidad impositiva, es decir, el principio de que todos los contribuyentesestaban obligados a pagar los mismos impuestos sin importar sus privilegios, fueros y origen étnico.
Desde la década de los sesenta del siglo pasado, se ha fortalecido y asentado una perspectiva deestudio sobre la presencia e importancia de los realistas en la explicación de la guerra de Independencia. Libros y artículos de diversos autores han demostrado que los realistas no eran un bandocondenado de antemano a ser derrotado, como la historiografía nacionalista mexicana y mexicanista había destacado.1 Por el contrario, es imprescindible seguir analizando este sector político y militar...
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