Inteligencia ciega
El filósofo llama a tomar conciencia de lo que identifica como “inteligencia ciega”,
o sea, la que produce ignorancia del mundo real y de la forma de ser humana.Descartes
formuló el paradigma maestro de Occidente, basado en los principios de disyunción,
reducción y abstracción, cuyo conjunto constituye el “paradigma de simplificación”. Este
paradigmadesarticuló al sujeto pensante (ego cogitans) y a la cosa extensa (res
extensa), y con ello a la filosofía y la ciencia; postula como principio de verdad las ideas
“claras y distintas”; esto es, elpensamiento disyuntor mismo.
Con el paradigma cartesiano se produjeron grandes avances en el conocimiento
científico y en la reflexión filosófica, pero en el siglo XX comienzan a revelarse susconsecuencias negativas. En primer lugar, el divorcio entre ciencia y filosofía que privó a
la ciencia de toda posibilidad de reflexionar sobre sí misma, conocerse, y tener una visión
científicade sí misma. El conocimiento disyuntor ha aislado entre sí a los tres grandes
campos del conocimiento científico: la Física, la Biología y las ciencias del hombre.
Luego, para subsanaresta disyunción, produjo simplificaciones: de lo biológico a lo físico
y de lo humano a lo biológico.
La hiperespecialización del conocimiento fragmentó el tejido complejo de la
realidad ypropuso la creencia de que el corte arbitrario que producía en el conocimiento
se correspondía con lo real mismo. El ideal del conocimiento científico clásico era
descubrir, detrás de la complejidadaparente de los fenómenos, las leyes de una máquina
perfecta, el cosmos, sometida a un Orden perfecto que gobernaba su estructura formada
por micro-elementos, los átomos, reunidos de diversasmaneras en objetos y sistemas.
Ese conocimiento fundaba su rigor y su operacionalidad sobre la medida y el cálculo.
Pero la matematización y la formalización han desintegrado cada vez más a los...
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