Inteligencia emocional
«Generaciones enteras han creído que servían al principio de autoridad y de entrenamiento del individuo a fuerza de violencias corporales, de castigos absurdos, interminables y vejatorios, de autoritarismo gratuito, que instituyese bajo el pretexto y con el nombre de educación una verdadera cultura del dolor y del aburrimiento; no lograban formar más querebeldes, inadaptados socarrones, perpetuos escrupulosos o incluso, como reacción, orgullosos, duros y desconfiados» (Mounier). Desde el punto de vista pedagógico, la a. ha sido y sigue siendo para muchos un tema clave. Enfrentada, a veces caricaturescamente, con la libertad (v.), ambas antinomias han sido banderas de las dos corrientes pedagógicas contemporáneas reflejo de toda otra actitud humana, porlo menos desde la Revolución francesa. De un lado los que están por la libertad como derecho básico del hombre, aun cuando se pueda abusar por algunos; de otro, quienes, seguros de que el hombre tiene una naturaleza que tiende al mal, cifran toda su pedagogía en una actitud preventiva, directiva. En cualquier caso, de las diversas acepciones de a., unos, como Duhr y antes Ruiz Amado, toman la demayor rigor etimológico, por la que a. viene de autor (Dios y, por su delegación, los padres, gobernantes, maestros) y aun más precisamente de augere (aumentar). De lo que no cabe duda es que en educación la a. no es el derecho del más fuerte, no es una fuerza sobre las voluntades como mera coacción externa. El término implica una fuerza moral por la que toda persona investida de a. tiene ciertoascendiente sobre las sometidas a ella. En este sentido, sin cierta a. no puede realmente darse educación, que es influencia. Sharp y R. Allers explican el principio de a. basándose no en la autocracia, la influencia personal, la adulación, la persuasión, el soborno, el capricho, el convencionalismo o la utilidad, sino en la virtud inherente de las cosas, implantada por el Supremo Legislador yreconocida por la conciencia. Ésta es la idea del P. Bertrán Quera cuando define la a. paterna en educación como «la conciencia del niño reflejada en el ejemplo y en las palabras de los mayores». García Hoz destaca en la idea de a. su aspecto social: a. como derecho que una persona tiene a dirigir los miembros de una sociedad. Pero hemos de observar que es un derecho que ha de ser reconocido, aceptado,pues en otro caso no pasaría de pretensión. La a. tiene dos vertientes: como rasgo y como función; está basada en las cualidades personales o bien en una investidura social de superioridad. Es la diferencia que hace notar Lockert entre ser a. y tener a., y que en realidad se remonta a los conceptos latinos de auctoritas y potestas. Ambas superioridades son imprescindibles a todo educador: de unlado la atribuida por una relación (delegada por los padres, por el gobierno, por la Iglesia; situación de adulto, etc.) y de otro la a. moral, personal y científica. Pero en todo caso la a. tiene una razón de ser que es su limitación, y ésta es precisamente social: se tiene a. para conducir a otros hombres a la consecución del bien común. En educación la a. es un media imprescindible, pero sólo unmedio.
La antinomia autoridad libertad. Zaragüeta, que clasifica los grados de influencia docente en exponer, proponer e imponer (basando la a. plenamente en este último), contrapone a esa triple actividad del maestro la receptividad del discípulo, que es crítica en los dos primeros casos y puede oponerse en el tercero. Además, resuelve la antinomia en favor de la libertad, observando cómola presión, ejercida por imposición, vigilancia y sanción, no es el medio más adecuado para obtener rendimiento de un alumno que ama su independencia. El difícil equilibrio está en ponderar la autonomía individual con la autoridad docente. Una actitud de guía, ya que la mera disciplina represiva engendra rebeldía interna. Podríamos añadir que si la a. se pretende absoluta, ella es una real...
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