inteligencia y el hambre de la verdad

Inteligencia y el hambre de verdad


La persona humana lleva dentro de sí la tendencia natural de abrirse a la belleza, a la verdad y al bien. En cierto sentido podemos decir que el ser humano es un buscador de la verdad.

El hombre tiene la capacidad de adecuar su mente a la realidad de las cosas, es decir, conocer las cosas como son, y de hecho se trata de una necesidad a la que nopodemos renunciar totalmente, si renunciamos en determinado grado, en la misma medida se degrada nuestro ser. Es decir, nos enfermamos espiritual, psicológica y hasta físicamente.

En la vida diaria podemos darnos cuenta como tenemos un interés espontáneo por descubrir como son las cosas, más allá de lo que nos cuentan, nos interesa saber verdaderamente como son. Nadie se queda indiferente ante laverdad o no de lo que sabe. Si descubrimos que algo es falso, no nos gusta, en cambio, si podemos confirmar su veracidad, entonces nos quedamos satisfechos. San Agustín lo explicó así: “He encontrado muchos que querían engañar, pero ninguno que quisiera dejarse engañar”.

La verdad sería precisamente esa relación entre la mente humana y la realidad, pero no una relación de cualquier forma, sino unaen la que nos adecuamos a la realidad. Porque de lo contrario, si adecuamos la realidad a nosotros, estamos en la mentira. Un ejemplo es que si yo pienso que Juan es Pedro, estoy en la mentira, no me estoy adecuando a la realidad, pero si pienso que Juan es Juan, entonces sí me estoy adecuando, adecuando mi mente a lo que es, y entonces estoy en la verdad.

Esta necesidad está supuesta siempreen todo lo que hacemos, porque sólo nos atrevemos a actuar o tomar una decisión cuando creemos estar en la verdad de algo, por lo menos cuando creemos que es más probable que algo sea verdad, o por algún indicio por pequeño que sea de verdad.

El ser humano necesita conocer la verdad y vivir de acuerdo a ella. Este conocimiento o apertura a la realidad se lleva a cabo gracias a la inteligencia.La inteligencia humana es como la luz que nos permite ver en el camino de la vida. Y así como sin luz no sabríamos para donde ir, tampoco sin luz podemos elegir. Es necesario que la inteligencia nos proponga cosas diferentes entre las cuales elegir, que compare, que analice que bien es más grande (o sea que vale más, no cuál sea más grande físicamente), para que después la voluntad “quiera”elegir entre las opciones que la inteligencia le propone.

Así esta necesidad de ver alumbrando la vida con la inteligencia, es nuestra tendencia espontánea a la verdad. Nuestra hambre de conocer lo que es… y no lo que no es.

Hay algunas formas de muy baja calidad y que echan a perder esta tendencia natural que tenemos a la verdad, pero en vez de hacernos dudar de su existencia, nos lademuestra. Por ejemplo, la tendencia al chisme y averiguar sobre la vida de los demás morbosamente para criticar.

Pero también hay otras manifestaciones (deseos espontáneos a los que podemos hacer o no caso) en los seres humanos que nos hablan del hambre de verdad: el desarrollo y crecimiento constante de las ciencias, el deseo natural de conocer a los que amamos, el deseo de conocernos a nosotrosmismos… más cuando nos preguntamos ¿porqué actúo así? ¿porqué soy cómo soy?

Sin embargo la manifestación más grande de nuestra hambre de verdad la encontramos en nuestro deseo de saber, de conocer, de saber la verdad sobre si Dios existe o no, y si existe como es.

Todos hemos experimentado como nos causa miedo el no saber, la ignorancia en algún terreno (cómo cuando no sabemos que a pasar).Tenemos ahí también una manifestación de nuestra hambre de verdad. Y a veces por no aceptar nuestro miedo y huir de él, es que inventamos nuestra “realidad” (nos mentimos), en vez de lanzarnos a la fatigosa lucha por descubrir la verdad.

Fortaleciendo el “músculo” de la voluntad.

El hombre es un ser abierto a la verdad, así mismo está abierto hacia el bien, al cual tiende también de manera...