Interculturalidad
I. Educarás en la convicción de la igualdad humana y contra todo tipo de
exclusión.
Empecemos por el principio. El problema educativo que plantea el racismo y la exclusión
social no reside (ni única ni principalmente) en cómo aumentar la tolerancia ante la
diversidad cultural, sino en cómo dejar de utilizar dicha diversidad como pretexto para (y
legitimación de)la exclusión social. Por lo tanto, el objetivo irrenunciable y definitorio de la
educación intercultural no ha de ser el respeto a la diversidad o el culto a la tolerancia, sino
la convicción de que somos más iguales que diferentes, con todas las consecuencias que de
este principio se derivan. Y esto supone un gran reto educativo, ya que si la diversidad es
tan evidente que solamente hay queacercarse a ella con curiosidad y respeto para
descubrirla, la igualdad no lo es tanto, sino que es el fruto de un convencimiento moral; y
educar en este convencimiento y los valores y actitudes que a él van asociados es una tarea
mucho más difícil. Una tarea que, por otra parte, para que pueda realizarse en las aulas
debe empezar fuera de ellas. Y en este sentido: Es cierto que la resolución delos problemas
de racismo y de convivencia social es una responsabilidad educativa, pero no
exclusivamente, y mucho menos estrictamente escolar.
Ante todo, los que tienen el poder económico y político han de querer y han de hacer
posible que se pueda educar a ciudadanas y ciudadanos libres, dignos, críticos y solidarios.
Además, esta voluntad debe poder visualizarse en sus actuaciones y ensus presupuestos
económicos, y no sólo escucharse en sus discursos. Si no se ponen las voluntades y los
medios necesarios, no es lícito seguir responsabilizando de los problemas de convivencia
social a los centros educativos. Además, urge el lanzamiento de campañas impactantes en
los medios de mayor audiencia para cambiarlas actitudes poco cívicas dominantes. Es
preciso convencer a todos de quela ciudadanía consiste en estar dispuesto a poner los
intereses de la comunidad por delante a los personales cuando ello sea necesario y posible,
y que además el ejercicio de esta ciudadanía es indispensable si queremos mantener la paz
social y el bienestar. Se debe explicar de forma inequívoca y contundente la conveniencia y
la necesidad de las discriminaciones positivas (mientras persistanlas negativas, que son las
que hay que eliminar) para conseguir una sociedad justa con verdaderas oportunidades
para la igualdad.
II. Respetarás a todas las personas, pero no necesariamente todas sus costumbres
o sus actuaciones.
Cualquier propuesta de educación intercultural debe definir de manera unívoca y explícita
qué entiende por integración. Y no se debe cometer el error de tomar laparte por el todo,
como suele suceder, cuando esta integración se refiere única y exlusivamente a los aspectos
culturales y no se tienen en cuenta las interacciones entre las dimensiones cultural, política,
económica y social. La integración de los inmigrantes extracomunitarios y de los grupos
minoritarios se confunde demasiado a menudo con su obligación de adaptarse. Pero esta
adaptación nodeben realizarla sólo estos grupos; todos debemos adaptarnos a esta nueva
situación, y los del grupo mayoritario tenemos además la obligación de crear las condiciones
que posibiliten esta adaptación, ya que somos los que detentamos el poder. La adaptación
es necesaria, pero no debe suponer la sumisión incondicional de los más débiles. Esta
confusión entre integración igual a sumisión está muygeneralizada, e influye
poderosamente en la construcción de la ideología y de las actitudes y valores que se
transmiten en las escuelas. No puede haber integración social sin respeto mutuo. La
integración hay que ganarla día a día, con el ejercicio, por parte de todos, de la solidaridad
y la voluntad de negociación, luchando contra toda forma de exclusión y a favor de una
verdadera igualdad...
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