Interculturalidad
Se multiplican ahora los intentos por considerar que la educación consiste en trasmitir una información que principalmente sea necesaria al “mercado” actual. Conforme sefortalece la idea del “mercado” en la educación, se debilitan las identidades pertenecientes a sociedades, propósitos o tendencias educativas que no sean globalizables. En países como el nuestro, por otra parte, los organismos internacionales pretenden imponer a la acción pública en materia de educación superior límites y nuevos objetivos, de tal manera que se promueva la expansión de consorcios deeducación superior trasnacionales y que el Estado disminuya la participación de la educación pública en la formación de cuadros de profesionistas de alta especialización. ¿Podemos pensar entonces que la educación es un sector de servicios sujeto a ciertas leyes de mercado y ya no un compromiso de Estado?
El 18 de diciembre del año 2000, la delegación de Estados Unidos presentó ante el Consejo delComercio de Servicios de la Organización Mundial de Comercio (OMC) una propuesta para que se liberara el comercio de los servicios de enseñanza superior, considerados como un “importante sector de la economía mundial”. Entre junio de 2001 y marzo de 2002, lo mismo hicieron las delegaciones de Nueva Zelanda, Australia y Japón. El documento de la delegación estadounidense asienta que los serviciosde enseñanza superior constituyen una actividad empresarial internacional “que complementa el sistema de enseñanza pública y contribuye a la difusión en todo el mundo de la moderna economía del conocimiento...(que) puede ayudar a que se disponga de una fuerza de trabajo más eficiente, permitiendo a los países mejorar su posición competitiva en la economía mundial”. Por ello, el documento señaló queel objetivo de la propuesta era “ayudar a establecer condiciones favorables a los proveedores de servicios de enseñanza superior mediante la reducción de los obstáculos que se oponen a la transmisión de esos servicios más allá de las fronteras nacionales...”
Convertir a un sistema educativo formulado para impulsar el desarrollo de un país como sólo un competidor más frente a “proveedores”trasnacionales significa contraponer o someter los intereses de una sociedad o de un Estado a los intereses de un “mercado” que quiere, precisamente, abolir al Estado mismo o, al menos, cancelarlo en esas precisas funciones. En este contexto, pues, nociones como “conocimiento” y “educación” dejan de ser dependientes de un proceso de transformación o de responsabilidad social.
Por tanto, hablarde “proveedores” nacionales o trasnacionales de servicios de enseñanza superior es postular ya una tendenciosa politización de los fines educativos; es insertar la educación en la globalización como un hecho independiente de los intereses de un Estado, de una nación o de una comunidad; es sustraerle su importancia como función pública.
Ciertos rasgos discursivos del Acuerdo de Comercialización...
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