Internet y el libro
¿Matará el Internet al libro?, Ivana Basset
Lejos de resultar amenazador para el futuro del libro, Internet es un gran aliado de su desarrollo y propone excelentes posibilidades para la creación, producción y difusión de contenidos. ¿Por qué sostenemos esto y cómo se verifica en la práctica? Es lo que expondremos a continuación.
El libro como aporte y como soporteConvienediferenciar dos acepciones: el libro pensado como contenido (el libro en sentido simbólico, el libro como aporte cultural) y libro como soporte tradicional, el libro impreso.
Este sentido del libro, el del soporte, es lo que se supuso años atrás amenazado por la aparición de Internet. Entre 1998 y 2000, en congresos de editores y ferias del libro, surgieron debates que dieron por conclusión ladesaparición del libro tal como lo conocíamos y vaticinaron el triunfo de las pantallas digitales por sobre las páginas de celulosa.Pocos años más tarde, está claro que semejante pronóstico resultó equivocado. No solo el formato impreso sigue vigente, conviviendo con la opción digital, sino que –como veremos después– las nuevas tecnologías han desarrollado formas de producir la versión tradicional.Delcambio del libro en cuanto contenido se habló mucho menos. Lo cierto es que las nuevas tecnologías posibilitaron, en cuestión de unos pocos años, que los clásicos de la literatura fueran digitalizados; es decir, retomados e incorporados a la nueva modalidad.Pero, además de incluir textos de producción anterior, Internet influye en la producción de nuevos contenidos, aunque este aporte puedaverificarse con mayor lentitud. Las innovaciones en la producción y en la distribución modifican siempre, en el mediano plazo, aspectos del arte. Así ha pasado, por ejemplo, con la invención de la imprenta o con la publicación de literatura en los periódicos (que dio origen a las novelas por entregas, y a la usanza de terminar cada capítulo con una situación de suspenso que empujara a la compra delsiguiente capítulo). En la actualidad, es posible percibir reflexiones nuevas en torno a la escritura y también un aumento de títulos publicados que vienen de autores noveles, autores que en los circuitos tradicionales no serían editados.
Hubo, entonces, cambios importantes en el soporte y cambios menos sensibles, pero también significativos, en el contenido. Ninguno de ellos resulta amenazante parala cultura. Antes bien, son cambios que colaboran en su promoción. Pero sigamos por pasos.Negocio de los editores: ofrecer contenidos
Peter Drucker, analista económico y autor de libros de gerenciamiento, aportó una distinción relevante a los conceptos que sirven para pensar el desenvolvimiento de las empresas: la que separa aquello que la organización produce de aquello que es su negocio.Supropuesta consiste en definir el negocio a partir de la necesidad que cubre, no del producto tal como se hace o como se está en condiciones de hacer. Aplicada al mundo del libro, esta diferenciación implica que el negocio de las editoriales no es vender libros físicos; es ofrecer material para leer y poner cultura a disposición del interesado, independientemente del soporte en que se dé a conocer.Ellibro de las nuevas tecnologíasDesde sus orígenes, el libro electrónico (o e-book) ha buscado reproducir el formato impreso. Los últimos avances siguen también esa línea: la de un libro con el tamaño y la forma del convencional, por el que puede pasar con absoluta fidelidad las páginas de un libro. La cultura virtual es impensable sin el modelo del libro impreso, perfeccionado durante años y añosde vigencia.
Pero, además del libro electrónico, las nuevas tecnologías permiten la producción del libro en papel (de aspecto y funcionalidad tradicional). Tal es el caso del libro impreso bajo demanda (Print On Demand). Este sistema permite imprimir libros unitariamente, en el momento en que el título es solicitado. Mientras tanto, el texto existe como archivo digital disponible para ser...
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