Introduccion a 100 errores ortograficos

Introducción



Ya estoy cansada de la cantidad de errores ortográficos que encuentro por todas partes. Quiero aclarar que no soy la máxima autoridad a la hora de escribir correctamente, perocuando tengo dudas no lo pienso dos veces para buscar el diccionario, o más fácil aún, el sitio web de La Real Academia Española. Estoy consciente de que un despiste los comete cualquiera, pero meparece que aquellos que todavía cometen errores tan simples, como no saber diferenciar entre hay, ahí y ay, son perezosos o se pasaron soñando despiertos durante las clases de español. ¡Es que hay vecesen la que toman nuestra lengua y hacen de ella lo que les viene en gana! Esta asignación me ha enseñado que no importa los adelantos tecnológicos, como tener un auto-corrector integrado al dispositivomóvil o herramientas como el buscador Google, algunos continuarán sin darle a nuestro hermoso lenguaje el cariño que merece. No puedo señalar al sistema educativo como el principal culpable cuandomuchos utilizan el celular para buscar cuando es el cumpleaños de Ricky Martin, pero no se les ocurre hacer una búsqueda para conocer la diferencia entre vaya y baya. La gente va por el mundocompartiendo una ortografía que deja mucho que desear. En la mayoría de los casos solo escriben como hablan; “vamo a bebel”, “me partí el deo”, “dame argo”; puras aberraciones lingüísticas. Y yo que a veces nopuedo conciliar el sueño pensando en la impresión que he dejado entre mis profesores si me olvidé del acento o lo escribí donde no iba. Yo creo que le debemos una disculpa a la ortografía. Pienso quese debe volver a colocar en un pedestal. Imagine usted un mundo en el que para obtener cualquier trabajo, una ayuda económica o hasta para casarse tuviéramos que mostrar una escritura impecable entodo momento. Quizás así los textos de mis compañeros de la universidad, amigos, familiares, mis jefes y hasta algunos profesores no me provocarían desilusiones. Ya no tendría que leer a personas...