Introduccion

Estudios culturales y Cuestiones globales.
Introducción
Catalina Castillón
Cristián Santibáñez

¿Existe una línea argumental que posibilite hablar de los estudios culturales como disciplina,
campo o dominio? ¿Los estudios culturales siguen un patrón que los identifique como algo
orgánico? Desde una perspectiva epistemológica, estas preguntas son absolutamente de segundo
orden; esto es,constituyen un acto de reflexión que intenta contestar cómo una forma de
observar describe sus descripciones y explica sus explicaciones1, y que nace en el seno de una
incomodidad intelectual. Pero, por otra parte, estas preguntas también, son las menos atinadas en
el marco de una actividad reflexiva donde, al parecer, domina la variedad; desde los objetos a los
que se dedica describir, hasta lasdisciplinas que se cruzan en su operación interpretativa.
Estas preguntas, en realidad, están estrechamente ligadas al estado de la cuestión. El número
de Revista Iberoamericana correspondiente al año 2003, reunió a los investigadores
latinoamericanos y latinoamericanistas dedicados a los estudios culturales con el objeto de que
revisaran la “situación” de esta actividad; y se enfatizó el tópico de estudiosculturales en tanto
que lugar –o nombre- que identifica un malestar académico. Malestar que se relaciona con las
paradojas de un proyecto intelectual en su desigual evolución en institucionalización, discurso y
práctica.
El rumbo de los estudios culturales, como lo muestran en esta misma recopilación Browitt y
Zimmerman, está marcado por la diversidad; no sólo en el sentido trivial de estetérmino,
vinculado a la semántica de la cantidad sin más, sino que en su sentido de vocablo de época,
caracterizado por la multiplicación de visiones de mundo, por la práctica cotidiana con soportes
mediáticos que borran la posibilidad de origen, por la movediza tierra del relativismo

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epistemológico en general, y, sobre todo, por la incapacidad discursiva de señalar un referente
exclusivo. Sindudar, entonces, la respuesta a las preguntas iniciales es negativa: es imposible
hablar de un dominio, campo o disciplina de los estudios culturales, dado su acto fundacional de
época.
Quizá este último hecho sea su debilidad y fortaleza, quizá esta condición es la que proyecta
su capacidad persuasiva, que se disemina en publicaciones de todo tipo, y en la estructuración de
departamentos deestudios culturales en Argentina, Australia, Chile, Colombia, América Latina,
Estados Unidos, Holanda o Portugal, los cuales operan con recursos que provienen de distintas
facultades, y aglutinan intelectuales abocados a disímiles intereses; reflejando disputas por
denominar al proyecto, y siendo testigos del cierre de núcleos de investigación por falta de
presupuesto.
Por otra parte, una lecturaposible respecto del surgimiento y razón de los estudios culturales,
a partir de sus antecedentes históricos, es la de relacionarlos con la reacomodación de las fuerzas
intelectuales que se opusieron, y oponen en sentido amplio, a la configuración de la actividad
académica dominada por la razón instrumental neoliberal. Esta mediación de fuerzas, que ha
reestructurado un aspecto de las cienciassociales y humanistas, sitúa a sus protagonistas en la
batalla ideológica, que de la mano de propuestas filosóficas, sociológicas y/o antropológicas,
emite sus análisis de los productos culturales hijos de los procesos de la globalización, el
escepticismo, lo híbrido y posmoderno; caracterizando los nuevos mecanismos de construcción
de identidad, ideología juvenil, lo poscolonial, las tácticas derepresentación mediática, la
política televisiva, entre muchos otros temas propios del siglo XX y, posiblemente, del XXI. Es
ahí donde radica uno de sus ejes, en tanto estudios, y en tanto culturales. Ya que esta actividad
es, nos aventuramos a decir, un discurso de condición de la investigación actual en torno a lo

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cultural, investida de un fuerte compromiso reflexivo e ideológico, como en...